En la noche de este pasado domingo, en Francia no se hablaba anoche de otra cosa que no fuera el polémico penalti que había rescatado un punto para el París Saint-Germain, que en el séptimo minuto del tiempo añadido seguía perdiendo 0-1 ante el Rennes en el Parque de los Príncipes... hasta que el siempre locuaz Luis Enrique Martínez apareció en sala de prensa para despedir, despedirse e invitar a todos a que se despidan de Kylian Mbappé, en lo más parecido a una confirmación oficial de su salida que se ha visto hasta ahora. Declaraciones polémicas para desviar el foco de atención sobre la polémica arbitral. La táctica del entrenador asturiano funcionó a la perfección: en la mañana de este lunes se comenta más los inesperados palos del asturiano a Mbappé que de la controvertida intervención del VAR. En el Real Madrid ya le esperan con los brazos abiertos y en el Santiago Bernabéu incluso se pueden comprar bufandas merengues con su cara.
Corría ya el 90+6', cuando Gonçalo Ramos se dejó caer ante Mandanda y el árbitro lo vio, señaló córner, le dijo al '9' del PSG que se levantase y le perdonó la segunda amarilla por simular. Sin embargo, el VAR le llamó e, incomprensiblemente, tras ir al monitor el colegiado rectificó, amonestó al portero visitante y señaló la pena máxima que transformó en el definitivo 1-1 el delantero portugués, quien había sido protagonista media hora antes al saltar al campo desde el banquillo de suplentes para sustituir a Kylian Mbappé. El cuadro parisino tenía que remontar en casa tras el golazo de Amine Gouri y el '7' estaba siendo el más activo de su equipo en ataque, pero Luis Enrique decidió prescindir de su estrella, postura sorprendente e inesperada por la que, evidentemente, fue preguntado en rueda de prensa sobre si en ello tuvo algo que ver su anunció de que no continuará la próxima temporada y su más que posible fichaje por el Real Madrid.
Ahí, cuando los periodistas galos esperaban algunas de las evasivas de Luis Enrique, el entrenador del PSG fue contundente y entonó mensaje de adiós: "Tenemos que acostumbrarnos a jugar sin Kylian. Esto es algo que va a ocurrir antes o después y hay que acostumbrarse", cuando fue cuestionado por su sustitución en el minuto 65 con 0-1 en contra. Como a todos los que estaban en el Parque de los Príncipes o ante su televisor, a la estrella francesa también le sorprendió el cambio. No montó ningún pollo. Puso gesto serio y se le veía en el rostro que no le había gustado el cambio, pero al menos las cámaras no recogieron ninguna reacción airada, de protesta o de malestar manifiesto en el banquillo.
Por eso, sorprende la contundencia con la que se expresó Luis Enrique, quien considera que ya no es necesario medir palabras para que el líder del vestuario no se le rebote. El técnico español marcó territorio ante la insistencia en las preguntas de si había algún mensaje implícito en esa sustitución y en ese momento del partido: "Es muy fácil de contestar. Antes o después, pronto o tarde, esto va a ocurrir y nos tenemos que acostumbrar a jugar sin Kylian. Cuando yo considere oportuno, jugará, y cuando no, no jugará, como hacen todos los entrenadores con sus jugadores".
Antes de retirar a Mbappé, el PSG ya había quitado también a Ousmane Dembélé, aunque en el caso del ex del Barça se debió a que "levantó la mano con un calambre cuando chutó a portería y el cansancio podía terminar en lesión", según detalló un Luis Enrique que volvió a mandar otro mensaje a Mbappé al hablar del compromiso que busca en la plantilla, algo que ha sido interpretado por la prensa gala como que ve al delantero más pendiente de su futuro y de su posible fichaje por el Real Madrid que en los retos que le quedan por cumplir en el PSG antes del 30 de junio: "Quiero la máxima competitividad para la próxima temporada. Quiero que todos los jugadores titulares de este PSG piensen que esta es una gran oportunidad. Esto es lo que estoy buscando esta temporada y la próxima".
Mientras en París entonan despiden ya de manera anticipada a Kylian Mbappé, en Madrid ya se vende 'merchandising' del aún jugador del París Saint-Germain. En los aledaños del estadio Santiago Bernabéu, en los tradicionales puestos de productos del conjunto blanco, se vendían anoche bufandas con la cara y el nombre del futbolista galo. Las prendas de Mbappé junto al escudo madridista lucían al lado de las de otras estrellas blancas como Jude Bellingham o Vinícius Junior. Su llegada al Real Madrid no está confirmada, pero la afición merengue ya da por hecho su fichaje: "A la gente le llama mucho la atención. Y estamos vendiendo bastantes", comentaba a la Agencia EFE uno de los vendedores en los minutos previos al partido liguero contra el Sevilla FC.