El delantero francés Kylian Mbappé fue expulsado en el encuentro frente al Alavés tras protagonizar una acción que dejó a todos perplejos: una entrada con los tacos por delante sobre Antonio Blanco, cuando ambos disputaban un balón en el centro del campo. La jugada, aunque sin intención aparente de hacer daño, fue calificada como peligrosa y desproporcionada.
Inicialmente, el árbitro principal Soto Grado le mostró tarjeta amarilla, pero tras la intervención del VAR, dirigida por Gil Manzano, se corrigió la decisión y se le enseñó la roja directa. Mbappé, consciente del error, se retiró sin protestas, visiblemente afectado por su acción.
Una acción inesperada e impropia del francés
A pesar de su habitual buen comportamiento en el terreno de juego, Mbappé protagonizó una de las entradas más duras de la temporada. Corría el minuto 36 cuando, en una disputa por el balón sin aparente peligro, el francés llegó con excesiva fuerza y clavó sus tacos en la tibia del jugador del Alavés. La escena alarmó a ambos equipos, pero por fortuna Blanco pudo continuar el partido.
El acta arbitral describió la acción como una entrada con el pie en forma de plancha y con fuerza excesiva, pero aclaró que fue en disputa del balón, lo que aleja el riesgo de que sea considerada agresión. Esto es clave, ya que si se hubiese interpretado como tal, el castigo podría haber alcanzado los cuatro partidos, lo que pondría en riesgo su participación en la final de la Copa del Rey.
Posible sanción y gesto de deportividad tras el encuentro de Mbappé
Las normas disciplinarias del reglamento contemplan que, si hay disputa legítima por el esférico, el castigo suele situarse entre uno y tres partidos. A falta de una resolución oficial, todo apunta a que Mbappé cumplirá una sanción de dos encuentros, basándose en precedentes similares. En ningún caso se espera una penalización aún mayor, especialmente porque no hubo lesión grave ni reincidencia.
Después del encuentro, el delantero del PSG buscó a Blanco para disculparse personalmente, así como también pidió perdón a sus compañeros por dejarlos en desventaja numérica. Desde el entorno del club se transmitió que el jugador actuó impulsado por el enfado ante algunas faltas previas no sancionadas.
Por parte del Real Madrid, se reconoció que la intervención del VAR fue correcta, aunque se lamentó que situaciones similares en otros partidos, como frente al Espanyol, no recibieran el mismo trato.