La Policía Nacional detuvo el domingo a un varón, acusado de un delito de lesiones, y expulsó a diez aficionados del Estadio Santiago Bernabéu por participar presuntamente en una pelea durante el derbi que enfrentaba a Real Madrid y Atlético de Madrid, informa la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Además, una persona resultó herida por el detenido con una brecha en la ceja, teniendo que ser trasladada al Hospital de la Paz de la capital para recibir puntos de sutura. Fue el inesperado saldo de un encuentro en el que, paradójicamente, no se registraron riñas entre aficiones rivales, pues las primeras investigaciones apuntan a un enfrentamiento entre diversas facciones de hinchas merengues, al no respetar unos la huelga de animación impuesta por otros. Por causas que aún se desconocen, en uno de los vomitorios del coliseo de Chamartín, un grupo comenzó a discutir con otro, comenzando un pulso dialéctico que pronto pasó a las manos.
Avisados por vigilantes de seguridad, hasta el lugar acudieron agentes de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado, que arrestaron a un individuo por agredir a otro, además de expulsar a otra decena por participar en una refriega, tomando como base a la Ley del Deporte, evitando, de paso, que el altercado fuera a mayores y desluciera un partido cainita, correspondiente a la jornada 23ª de LaLiga, que terminó con empate a uno en el marcador, merced al tempranero tanto de Brahim Díaz y al postrero de Marcos Llorente. Fue en las redes sociales donde se difundió la teoría de que el enfado entre madridistas pudo originarse durante la simbólica sentada de los ultras, que no fue secundada por otros colectivos cercanos, una falta de solidaridad que encendería la mecha que prendería con la citada pelea, que se saldó sin daños materiales ni graves consecuencias.
No fue el único incidente en la última edición del derbi madrileño, pues el espectacular tifo local, que se desplegó desde el tercer al primer anfiteatro que suele ocupar la citada grada de animación, se rompería antes de mostrarse por completo, lo que originó risas entre los hinchas colchoneros, que denunciaron igualmente que el lema escogido, junto a una imagen de la diosa Cibeles tatuando el logo madridista en el pecho de un vikingo (como se conoce popularmente a los colchoneros), 'El escudo de la hinchada madridista grabado en el corazón', es una copia de otra de las frases recurrentes entre el público blanquirrojo y que ya integró en el pasado otros carteles y tifos en el Vicente Calderón y el Metropolitano.