Han pasado ya muchos meses, pero en el último mercado estival del Real Madrid en el que se fichó a una gran estrella mundial como Bellingham y a jugadores muy importantes como Brahim, Joselu o Fran García, el que más impactó generó fue Arda Guler. Llamaba mucho la atención que un chaval de solo 18 años procedente del Fenerbahce tuviera tanto desparpajo y calidad, de hecho en la pretemporada fue la gran sensación de los blancos, por encima de todas las grandes estrellas. Pero cuando estaba en el centro del foco mediático empezaron los problemas con las lesiones, que le han perseguido hasta ahora, impidiéndole demostrar todo el potencial que se presuponía.
El de Ankara se dañó el menisco a finales de julio -una lesión peligrosísima para alguien aún en crecimiento-, y a partir de ahí empezó a encadenar lesiones musculares que no le permitieron empezar a jugar hasta enero, En total . Desde su vuelta tan solo ha participado en cinco partidos, para un total de 92 minutos, de los que 59 son de la primera ronda copera que disputaron los blancos ante la Arandina, donde salió de inicio. En las contadas ocasiones en las que ha visto el césped ha dejado detalles de lo que puede llegar a ser, pero su frágil físico sigue preocupando al cuerpo técnico de Carlo Ancelotti, que no se fía de darle continuidad.
Por esta carencia de oportunidades, al jugador se le está acabando la paciencia y pese a que dijo en su presentación que salir cedido no era una opción, ahora si que es algo que está valorando de cara a la próxima temporada. Esta fórmula de salir a una gran liga en buscar de curtirse como jugador es algo muy utilizado en el Real Madrid, de hecho en la plantilla hay ejemplos como Carvajal, Lucas Vázquez o Brahim, que se buscaron las habichuelas fuera de casa y volvieron listos para la élite más absoluta. Al otomano no le van a falta novias, ya que tanto desde LaLiga, como desde la Premier o la Serie A, ya han preguntado por él.
Pese a que puede jugar tanto en el centro del campo como en la línea de ataque, la multitud de opciones de su entrenador en ambas partes del campo le lastran, y de cara al año que viene la cosa puede ser aún peor. Con la más que posible llegada de Mbappé y la confirmada de Endrick, tener minutos en el frente ofensivo blanco va a ser una odisea y buscarlo fuera de la Casa Blanca es una opción muy factible.