Otra vez Dani Ceballos. No hace falta añadir nada más a esas cuatro palabras que la afición del Real Betis cada vez pronuncia con más hastío. Es la historia de cada ventana de transferencias. Siempre lo mismo. Declaraciones totalmente contraproducentes, además, pues tanto amago está quemando toda credibilidad y, lejos de acercarle a la que fue su gente, le aleja cada día más. Ojalá vuelva más pronto que tarde y brille como el jugadorazo que es; pero si de verdad el centrocampista utrerano tiene tantas ganas de volver a vestir de verdiblanco lo mejor que podría hacer es callarse de una vez. Debería dejarse de dinosaurios, de posar calculadamente con libros con la historia del 'Manquepierda' y de enviar corazoncitos verdes por redes sociales. Fue canterano y es sevillano, se le presupone ese cariño por la que fue su casa. ¿Para qué forzar tanto ese sentimiento? De todo ello, con tono crítico pero desde el máximo respeto personal, hemos debatido en ESTADIO Deportivo durante la tercera edición de la segunda temporada de 'La Prórroga de ED', espacio conducido por el compañero de esta casa José Antonio Rivero.
Sucede que, el pasado jueves, Ceballos estaba como loco por regresar a Heliópolis. Tanto es así que trascendió que incluso se había despedido de sus compañeros en el Real Madrid y que estaba dispuesto a hacer un esfuerzo descomunal rebajando sus emolumentos. Un salario jugosísimo que es el mismo al que se aferró hace un año -de manera totalmente entendible- cuando acababa contrato con los blancos y podía haberse ido a coste cero a su amado Betis. No lo hizo. Prefirió renovar hasta 2027, colmó de piropos a la entidad merengue y, aunque la temporada pasada jugó con Carlo Ancelotti aún menos que en las anteriores, hasta llegó a decir que "10 minutos en el Real Madrid son más que 10 partidos en cualquier otro equipo". Lo aseguró este mismo verano, apenas unos días antes de ese denodado sacrificio para volver a defender el escudo de las trece barras. Hace ya un lustro, también pudo volver porque buscaba una cesión, pero optó por ir dos años al Arsenal.
Como el caso de Ceballos parece imaginado y redactado por el guionista más enrevesado, curiosamente le tocó vivir su primera titularidad de este curso sólo unas horas después del cierre del mercado estival de fichajes y con el Real Betis como rival liguero en el Santiago Bernabéu. Evidentemente le tocaba ser profesional, pero es lógico que a un aficionado verdiblanco le chirríe que le estén vendiendo que el de Utrera está haciendo todo lo posible por volver y ahora le veas por tu televisor retorciéndose de dolor o revolcándose por el césped tras el leve contacto en el área con Youssouf Sabaly que el Real Madrid reclamó como penalti -y que seguramente lo fuese, eso es lo de menos en el tema al que nos referimos-.
En ese mismo encuentro, el futbolista de 28 años recién cumplidos alcanzó las 150 citas oficiales y, como es tradición, Florentino Pérez bajó al vestuario para hacerle entrega de un obsequio en forma de camiseta conmemorativa de la efeméride y la fotografía protocolaria. La escena se pudo ver por Real Madrid TV, pero el club blanco no le dio bola en redes sociales. Quien lo difundió, con lógica satisfacción, fue el propio Ceballos. Eso sí, con un texto de nuevo bastante contradictorio: "Orgullo de jugar para el mejor club del mundo" y un corazoncito blanco. Oiga, pero ¿usted no es el mismo que 72 horas antes estaba deseando marcharse al Real Betis ante la falta de oportunidades?
Hay un 'meme' famoso que dice 'Si os gustáis, pues liaros', que esconde una continuación implícita que viene a decir 'Y si no os queréis liar, al menos callaros y dejadnos en paz a los demás'. Pues eso. No toda la culpa es suya. Lo mismo es aplicable a los directivos del Betis, que también alimentan el 'caso Ceballos' en cada mercado. Este verano, lo han hecho a pesar de que el tema estaba más silenciado que nunca y a que tenían muy claro que su prioridad era Giovani Lo Celso.
¿Entonces? ¿Por qué castigar de nuevo con la misma cantinela? ¿Por qué ilusionar a unos y volver a aburrir a otros? Dani Ceballos es un futbolista como la copa de un pino, con una calidad fuera de toda duda y que, por el momento, ha preferido tener un buen sueldo y un palmarés envidiable antes que protagonismo y realización personal. Algún día volverá y, como se ha visto con Isco Alarcón, seguramente marcará diferencias. Cuando se dé esa opción, que se haga, pero sin más artificio. Hasta entonces, ¿por qué no se callan un poquito?