Vinicius Junior está siempre en todos los fregados. La estrella del Real Madrid tiene la capacidad de sacar de quicio a los rivales, pero también suele alterar a los de su propio equipo -sólo hay que ver lo mal que lo pasa Carlo Ancelotti en el papel de tutor legal-. Sucede que el brasileño es un jugador como la copa de un pino y, cuando tiene la flechita hacia arriba, organiza destrozos como el que le hizo al FC Barcelona en la final de la Supercopa de España. 'Vini' estuvo en todas las buenas: metió tres de los cuatro goles y participó en el cuarto, provocó el penalti del tercer tanto, también la segunda amarilla que le costó la expulsión a Ronald Araújo, se hartó de romper en carrera entrando en las líneas culés cual cuchillo caliente en mantequilla, se mostró más rápido y desequilibrante que nunca y, evidentemente, además de la medalla de campeón y del balón firmado por sus compañeros, también se llevó a casa el trofeo MVP de la final. Claro que luego también estuvo en todas las malas y empañó su espectacular hoja de servicios siendo noticia por sus gestos ofensivos al banquillo del Barça, sus piques, sus protestas y los constantes avisos del árbitro al capitán y al entrenador merengues para "que le controlasen".
A esta hora del lunes, ya cualquier aficionado habrá vistos vídeos y leídos noticias de todo tipo sobre todo lo expuesto en el párrafo anterior, sobre lo mucho bueno y también sobre esa actitud censurable que el propio Vinicius admitió luego en rueda de prensa. Sin embargo, quizás por tener menos contenido en polémica, hay otro vídeo que ha pasado bastante más desapercibido en las horas posteriores a la goleada y el baño que el Real Madrid le endosó a su eterno rival. En las imágenes, captadas por las cámaras de Movistar+, se puede ver la personalidad dominante del extremo brasileño a la hora de reclamar galones que le pertenecen por calidad y tiempo en el vestuario blanco, pero también ponen en relieve el liderazgo silencioso que ejerce un recién llegado que se ha convertido en máxima estrella sin hacer ruido, Jude Bellingham.
Corría el minuto 39 de la primera mitad. Vinicius había roto la final de la Supercopa con dos goles seguidos (7' y 10'), pero un zapatazo de Lewandowski acababa de reducir distancias en el marcador cuando Araújo derribó al '7' merengue en el área y Martínez Munuera señaló penalti sin pensárselo. Pese a su alta cifra goleadora, Bellingham no ha lanzado aún ningún penalti. El inglés agarró el balón y se disponía a lanzarlo con tal naturalidad, que invita a pensar que ya estaba todo hablado de antemano con Carlo Ancelotti. Sin embargo, irrumpe en la imagen Vinicius gritando "Jude, Jude...". Estaba motivado, quería el 'hat-trick' y exigió lanzarlo. Bellingham cedió, pero con condiciones. "Vale, pero el próximo es para mí", le respondió el '5', firme pero discreto, acercándose para decírselo al oído. El carioca lanzó, marcó y lo primero que hizo fue señalar con el dedo al británico agradeciéndole el gesto.
El Real Madrid estaba teniendo problemas con los penaltis tras las marchas de los anteriores especialistas, Sergio Ramos y Karim Benzema. Vinicius falló en la gira estival ante el Barça, Rodrygo Goes y Joselu Mato erraron frente a Celta y Osasuna en LaLiga y Luka Modric tampoco acertó ante el Union Berlín en la Champions. Tras cuatro fallos seguidos, Joselu, ante la Arandina en Copa del Rey, rompió el pleno de fatalidades. Sin él en el campo ayer, en teoría Bellingham era el encargado. Hizo una excepción y, como advirtió con buen talante pero gesto serio, el próximo lanzamiento es para él. Las cámaras están de testigo.