El Real Madrid volvió el pasado domingo de Palma de Mallorca con dos puntos menos de los que habría imaginado en el vuelo de ida y con bastante menos protagonismo del esperado para Mbappé, Vinicius y compañía. Para colmo de males, en esta visita a Son Moix también ha perdido a Ferland Mendy, que se une a los lesionados Eduardo Camavinga y David Alaba en el listado de bajas para el choque de este sábado ante el Real Valladolid. El Comité de Disciplina de la Federación Española de Fútbol (RFEF) ha impuesto este miércoles un partido de sanción al jugador francés después de ser expulsado con roja directa en el mencionado partido de la primera jornada de LaLiga EA Sports ante el RCD Mallorca (1-1).
Mendy fue expulsado en el minuto 90 por cometer una dura entrada sobre el delantero bermellón Vedat Muriqi, en la que dejó su pierna extendida y golpeo con los tacos en la parte posterior de la pantorrilla del kosovar. El acta arbitral argumentó que el internacional galo cometió la falta "haciendo uso de fuerza excesiva en la disputa del balón" y su acción ha sido sancionada con un partido, "por producirse de manera violenta con ocasión del juego", y con multa accesoria en cuantía de 350 euros para el club madridista y de 600 euros para el propio infractor.
Después de dos días de descanso tras ese decepcionante empate en Palma de Mallorca, los futbolistas del Real Madrid -Mendy incluido- volvieron a entrenar en la mañana de este miércoles en la Ciudad Deportiva de Valdebebas, con sólo dos ausencias, las de los lesionados David Alaba y Eduardo Camavinga. Esta vez, Ancelotti cedió el protagonismo a Antonio Pintus, preparador físico del Real Madrid, que sacó el látigo para intentar elevar el ritmo competitivo de cara al sábado.
Los jugadores del Real Madrid llevaron a cabo unas extenuantes pruebas físicas con un test de alta intensidad para comprobar el estado de forma actual tras la pretemporada y para aumentar el ritmo de cara a los tres partidos de LaLiga EA Sports que se avecinan antes del primer parón de selecciones del curso, previsto para septiembre. Durante las llamativas pruebas acaparon protagonismo las máscaras de hipoxia, una herramienta de trabajo cada vez más habitual en la metodología de Pintus. Se trata de unas máscaras que se colocan sobre la boca y la nariz de los futbolistas, regulando la cantidad de oxígeno que entra en el organismo y midiendo las pulsaciones por minuto, la frecuencia cardíaca y el estado general de cada jugador simulando un entrenamiento de gran exigencia o situado a una gran altura.