La victoria de la pasada jornada en el campo de Sabadell (0-1), la segunda en lo que va de temporada, ha servido para calmar un poco los ánimos que rodean al Deportivo de La Coruña, todo un histórico que vive un momento ciertamente complicado, con el fantasma del descenso a Segunda RFEF revoloteando sobre Riazor.
Al margen de todos los problemas del club y sus propios errores, que han dicho muchos en estos años, en la capital gallega existe el sentimiento común de verse perjudicados por los arbitrajes. Es algo que viene ya de campañas anteriores, antes incluso de verse condenados al infierno de la Primera RFEF.
Por ello, el club blanquiazul ha decidido tomar cartas en el asunto y trazar una nueva estrategia en este sentido. Esta vez no se trata de elevar ninguna queja formal al Comité Técnico de Árbitros ni a ninguna instancia superior. La solución no pasa, o al menos no exclusivamente, por mostrar su malestar, sino que se quiere atajar el problema desde dentro.
Para ello, los dirigentes de la entidad coruñesa llevan semanas negociando con el ex colegiado Ignacio Iglesias Villanueva para que se incorpore como delegado arbitral. Con ello, se busca mejorar la relación con este importante estamento. Pero, además, se le quieren dar galones e incluirlo en la estructura del club con diferentes funciones.
En este sentido, el diario Marca recuerda que desde la salida de Juan Ángel Barros Botana en 2021, el Deportivo no ha contado con un ex árbitro profesional como delegado, si bien no se descarta que se mantenga Pablo Barros en dicho puesto e Iglesias Villanueva pueda estar por encima, asumiendo también otro puesto en un área diferente.
De este modo, en Riazor quieren beneficiarse de la experiencia de un ex árbitro que ha ejercido en Primera división durante 9 temporadas, en las que dirigió 420 partidos, tras dar el salto en 2010 con un bagaje de otras 6 campañas en Segunda.
Tras ello, el de Pontedeume pasó la temporada pasada como asistente desde el VAR, acabando ahí su relación con el Comité Técnico de Árbitros. Ahora, a sus 40 años, tiene sobre la mesa una oferta del Deportivo que le abriría un nuevo escenario profesional. Entre sus cometidos, además de mejorar las relaciones con los colegiados y tratar con aquellos que visitan Riazor, estaría también la de explicar a los propios técnicos y jugadores las normas que pudieran generar dudas, para conseguir así un mejor conocimiento de las mismas.