Nacho Cartes3 min lecturaAcaba de pitar el final del partido De Burgos Bengoetxea cuando los jugadores del Fútbol Club Barcelona empezaron a celebrar sobre el césped el título de Liga para los culés. El vigesimoséptimo de su historia. Una vez que se pudieron unir todos los futbolistas hicieron un corro en el centro del campo del RCDE Stadium al grito de "Campeones, campeones", algo que no gustó a la afición del Espanyol y que mostraron de peor forma un grupo amplio de ultras. Estos hinchas saltaron al césped, al ser bastante pudieron esquivar a la seguridad y los jugadores del Barcelona tuvieron que ir corriendo hacia vestuarios.
De esta forma se interrumpía la fiesta culé sobre el césped, temiendo por su integridad física huyeron despavoridos. Algo de lo que ya les había advertido Xavi Hernández. Unos instantes antes apremiaba el técnico a sus jugadores para que para el festejo en el campo de su gran rival en la ciudad. En cambio los futbolistas azulgranas, ajenos a la crispación que su festejo iba generado en la afición del Espanyol, siguieron sobre el terreno de juego.
La celebración tuvo un fin obligado cuando los ultras blanquiazules empezaron a saltar al campo y se inició una lluvia de objetos que obligó a intervenir a los Mossos d'Esquadra y a la seguridad privada del estadio para garantizar que los jugadores del Barça pudieran llegar al túnel de vestuarios y allí seguir con el festejo tras conquistar finalmente el título con cuatro jornadas de antelación.
Sobre lo ocurrido habló el propio Xavi Hernández que explicó el por qué intento que sus jugadores pararan el festejo antes de que se produjese la invasión: "Pienso que ya vale. La celebración es normal, pero entiendo que no estamos en nuestra casa y no se puede faltar al respeto. Sé que en estos momentos es difícil de controlar para los jugadores, pero les he dicho que lo mejor era entrar ya", afirmó el técnico culé.
Recordemos que el Fútbol Club Barcelona ha sumado su título de Liga número 27 tras ganar al RCD Espanyol por 2-4. Se produce el alirón culé y un mazazo para los pericos. No solo por caer derrotados en el derbi, también por su situación liguera. Tienen los de Luis García cuatro partidos por delante para salvar una desventaja de cuatro puntos y seguir en Primera División. Una situación muy difícil de levantar, pero que aún es posible.