Granada
Athletic
Granada y Athletic Club se repartieron los puntos en un atípico encuentro jugado en dos días diferentes. El fallecimiento del socio del club nazarí Antonio Trujillo el pasado domingo encogió el corazón de todos los aficionados presentes en el Nuevo Los Cármenes y el colegiado Ortiz Arias, de acuerdo con ambos equipos, decidió suspender el partido el minuto 17, con 0-1 en el marcador tras el tempranero tanto de cabeza de Iñaki Williams.
Ahí comenzó una negociación que generó tensión entre los dos clubes, pues el Athletic apretó para jugar este lunes y el Granada se oponía al considerar que estaría muy reciente la trágica noticia. Pero la Juez de Competición dio la razón a los vascos y este lunes, a las 21:00 horas, se reanudó un partido en el que no ha faltado la polémica, después de que la entidad nazarí acatase dicha decisión y decidiera no reclamar pese a no estar de acuerdo.
Ya sobre el césped, las acciones más protestadas llegaron en la segunda mitad, en la que el equipo dirigido por el ‘Cacique’ Medina dio un paso al frente y encontró el empate. Precisamente la acción del 1-1 tuvo que ser revisada en el VAR antes de subir al marcador.
Pedían los bilbaínos fuera de juego de Ricard Sánchez al recibir el pase de Lucas Boyé en banda derecha. Pero tras la revisión en la sala VOR se decretó validez a una acción que acabó con el centro del jugador granadinista y el remate al fondo de la red de su propia portería de Ruiz de Galarreta.
Eso fue en el minuto 55 y sólo dos después, llegaba otra jugada polémica que, en realidad, no protestaron demasiado los jugadores del conjunto vasco. En un balón colgado sobre el área local, Ignasi Miquel pisó por detrás a Guruzeta dentro del área.
El delantero pidió penalti y tuvo que ser atentado incluso por las asistencias médicas. Y lo cierto es que el pisotón existe, pero el colegiado consideró que se trató de una acción involuntaria, pues el defensor nazarí ni siquiera estaba mirando al rival, sino al esférico que venía centrado.
Pero también el Granada pidió una pena máxima en el área contraria. Fue en el minuto 78, tras un chut de Lucas Boyé después de un barullo que pareció tocar en la mano de Yuri Berchiche, aunque igualmente fue una acción involuntaria pese a las protestas de la afición local, que apretaba en busca de la remontada.