LaLiga había colocado en el Santiago Bernabéu un total de 34 cámaras de la más altísima calidad para que no hubiese ni un solo detalle de El Clásico sin ser filmado con nitidez. Sin embargo, pese a la debatida decisión de no implementar el 'Ojo de Halcón' por ser "muy caro", a nadie se les ocurrió poner una toma cenital de las porterías y eso hace que este lunes haya que hablar de que, lamentablemente, la posición de Andriy Lunin tapaba la visión de la única lente que podría haber sacado de dudas y ofrecido una prueba fehaciente sobre si el remate de Lamine Yamal sobrepasó o no la línea de gol antes del despeje del portero del Real Madrid. Teniendo en cuenta la polarización extrema que suelen generar las acciones polémicas, no se ha liado tanto. Las principales críticas y la opinión generalizada se centran más en la absoluta vergüenza de no poder saber qué pasó que en la reclamación arbitral en sí, aunque obviamente desde el FC Barcelona se aferran a unas borrosas imágenes captadas desde la grada que invitan a pensar en que fue un tanto que debió subir al marcador.
España quiere presumir de tener el mejor campeonato del mundo escatimando en herramientas y el presidente de LaLiga, Javier Tebas, se descolgó con un incomprensible mensaje en el que se hacía eco de contados fallos en el 'Ojo de Halcón' (Hawk Eye) para seguir en sus trece y todo ello apenas unos segundos después de la acción de la que se está quejando todo el planeta.
Claro, que los mismos clubes que se quejan -Real Madrid y Barça coincidían en reclamar una herramienta que evite estos bochornos- son los que votaron en contra de la implantación de una tecnología que sí existe en otros países, desde los que han intentado sofocar la polémica de El Clásico con la ayuda de un renderizado, una recreación en 3D usando las imágenes de la propia retransmisión. Es decir, que tienen las mismas tomas que el VAR estuvo analizando durante tantos minutos.
En Canal+ Francia y en la emisora de capital qatarí Bein Sport han usado programas tecnológicos muy similares para llegar a la conclusión de que el balón rematado por el jovencísimo extremo del Barça -habría batido un nuevo récord de precocidad si llega a valer- no rebasó por completo la línea de gol. Dicho de otro modo, si el árbitro César Soto Grado hubiese llevado en su muñeca el reloj por el que tanto le preguntaban con incredulidad algunos futbolistas, éste no habría vibrado.
En ambos ejemplos se ve que, aunque sea por apenas unos milímetros, una parte de la circunferencia estaría sobre la mismísima línea antes del despeje de Lunin y que, por lo tanto, el remate de Lamine no entra de manera completa en la portería del Real Madrid. Con todo, aunque se aceptase estos análisis como prueba científica irrefutable (evidentemente no es el caso), no se podría hablar de acierto de los colegiados al no dar gol, puesto que el argumento escogido fue un lamentable "No disponemos de ninguna imagen que demuestre que el balón entró por completo".
A pesar de este bochorno de escala mundial, Javier Tebas no parece por la labor de reconsiderar su opinión acerca de la tecnología de gol, que según LaLiga tendría un coste de cuatro millones de euros -dos para Primera división y otros dos para Segunda- que sería desmedido y, a juicio del presidente del ente nacional, innecesario. La teoría sigue siendo que el VAR puede solucionar la gran mayoría de los denominados 'goles fantasma' y que, además, todos los estadios no están preparados para acoger estas nuevas 14 cámaras extra que habría que sumar a las ya instaladas y las que serán implantadas este verano para el juego de fuera semiautomático.