At. Madrid
Girona
El Atlético de Madrid ha dado un golpe en el tablero de la Champions League con su remontada ante el Girona FC en el Metropolitano (3-1) para colocarse a sólo cuatro puntos de la tercera plaza que defienden los catalanes, a los que además vence ya el 'goal-average' particular, y para hacerse fuerte en la recién recuperada cuarta posición, alejando al Athletic Club a cinco puntos de distancia a falta de saber lo que hacen los leones, quintos, este domingo en Villarreal. Los de Simeone han dado un golpe de Champions en la sobremesa de este sábado, pero tanto en tierras catalanas como en Bilbao hay muchas quejas e indignación por la 'ayuda arbitral' en esta victoria de oro dentro de la apretadísima lucha por las cuatro primeras plazas de la clasificación de LaLiga.
Ha sido un partido ruidoso, en el que Simeone ha sido amonestado por protestar, con los jugadores del Atlético formando corrillos en torno al colegiado al más mínimo roce y con la afición del Cívitas Metropolitano cumpliendo a la perfección su legítimo rol de agitador, presionando constantemente las decisiones de Ricardo de Burgos Bengoetxea. Sin embargo, aunque el Cholo no paraba de decirle al árbitro "Otra, y otra...", con voces y gestos, los que se han marchado enfadados de Madrid han sido los jugadores y técnicos del Girona FC. Y, por extensión, empatizan con ellos en Bilbao, con la afición del Athletic quejándose en redes sociales de una 'sospechosa' ayudita a los colchoneros, que eran los que andaban 'mosca' con una designación de un bilbaíno.
La polémica se centra en el primero de los siete minutos de tiempo añadido que tuvo la primera mitad. Al 45' se llega con 1-1 después de los goles de Dovbyk y Griezmann, de penalti. Ya esos dos primeros goles fueron protestados, pero ni en el 0-1 da la sensación de haber fuera de juego del ucraniano cuando empuja a placer el pase de Yan Couto, ni resulta comprable el argumento de Miguel Gutiérrez de que toca el balón con el brazo porque Mario Hermoso le empuja.
"En esas se llega al tiempo añadido y se pasa de un penalti claro a Savinho que el árbitro no pita al 2-1 del Atlético", se ha quejado Míchel Sánchez, técnico del Girona FC, ante las cámaras de DAZN. "Es penalti claro", añadía. "Yo creo que es penalti, pero eso ya no sirve de nada", atestiguaba el propio Savinho, que tuvo que ser sustituido por problemas en una rodilla. De Burgos no fue a verlo al monitor y lo dejó en manos de Soto Grado en el VAR, desde donde le recomendaron no pitar nada.
El rápido extremo brasileño conducía en un eslalon imparable hacia el área local, cuando fue atropellado por Reinildo, que no toca balón y golpea con dureza con todo el largo de su pierna y su cadera en el cuerpo del futbolista visitante. Si bien es cierto que el jugador del Girona ya viene un poco desequilibrado del lance contra varios rivales intentando meterse en medio de todos, también lo es que el mozambiqueño le derriba cuando tenía muchas opciones de prosperar su regate al no haber perdido ni la verticalidad ni el control del balón, que seguía pegado a su bota. La acción fue determinante, porque del posible 1-2 se pasó al 2-1 (Correa) y, nada más arrancar el segundo tiempo, Griezmann firmó su doblete para poner el definitivo 3-1.
"No es lógico que no entre el VAR", insistía Míchel. Hasta el propio Griezmann, insignia del Atlético, reconocía que era penalti. "Puede ser penalti. "Al final, ha sido una jugada muy rápida, no sé si dentro o fuera, no sé si falta, pero sí pareció por la intensidad de la jugada. La gente del VAR no sé qué le dijeron", admitió el bigoleador del encuentro al término del choque.