El encuentro entre Real Madrid y Valencia venía envuelto en una nube de polémica por lo sucedido la pasada campaña en Mestalla, con los insultos racistas contra Vinicius que llevaron al cierre parcial del coliseo valencianista. Pero esta vez todo fue como la seda… para los blancos. La efectividad de los de Ancelotti de cara a portería sentenció un duelo en el que el cuadro che también tuvo sus ocasiones, si bien la diferencia estuvo en ese acierto demoledor de los madridistas.
Nada más arrancar el partido, el conjunto blanco se puso por delante con un golazo de Carvajal. Kroos lanzó su mira telescópica sobre la banda diestra con un perfecto cambio de juego, el lateral la controló con la derecha y el balón dibujó un sombrero sobre Gayà que el propio Carvajal empaló con la zurda para batir a Mamardashvili con un gran disparo ajustado al palo.
No habían comenzado a sudar los jugadores y el Real Madrid ya ganaba a los dos minutos. Un arranque fulgurante que tuvo continuidad con dos nuevas ocasiones blancas, ambas con lanzamientos de falta desde la frontal: uno de Alaba y otro de Kroos que se marchó a la cruceta. Pero el Valencia no se asustó por ese caudal de ocasiones locales.
A los 10 minutos, Hugo Duro lanzó el primer aviso tras un buen control en el corazón del área, pero se topó con Lunin, coreado por el público del Bernabéu. El ucraniano está aprovechando su oportunidad por la lesión de Kepa y volvió a hacerse gigante al cuarto de hora en otra clara llegada che, otra vez en las botas de Hugo Duro, que se plantó en un mano que resolvió con un disparo al muñeco.
No había descanso y Vinicius, acto seguido, volvía a rozar el gol con una eléctrica acción por banda izquierda. Pero a partir de ese instante, ambos equipos parecieron levantar el pie del acelerador. El Valencia parecía controlar la situación y esperaba su oportunidad, la que tuvo Hugo Duro de nuevo en el 40’, si bien no llegó a cabecear con todo a favor un balón servido desde la izquierda.
Pero cuando perdonas en el Bernabéu, suele suceder una cosa. Vinicius, dos minutos después, no erró en un extraño remate con el pecho y puso el 2-0 antes de enfilar el túnel de vestuarios. Buena renta que el Madrid convirtió en goleada en sólo dos minutos nada más arrancar la segunda mitad. El propio Vinicius hizo el tercero con un potente chut desde fuera del área y Rodrygo volvió a marcar al fin en Liga tras un error de Mamardashvili en la salida de balón.
El conjunto che había salido dormido y lo pagó muy caro. Ahí acabó todo. El único morbo era saber si el cuadro blanco, que no se conformaba, sería capaz de corresponder a la petición de su público con una ‘manita’. Y en la recta final la consiguió Rodrygo, si bien Hugo Duro pudo hacer el tanto del honor en un partido que deja a los blancos a dos puntos del Girona.