R. Madrid
Granada
El Real Madrid respondió a la remontada del Girona con un triunfo sólido y autoritario (2-0) y sin necesidad de forzar la máquina ante un Granada que en ningún momento pudo reconocer con claridad el rostro de Lunin. Los de Ancelotti se sobrepusieron una vez más a las lesiones con una marcha implacable, sostenido sobre una contención firme con un Kroos estelar y una ofensiva muy dinámica en la que sobresalío, sobre todo, Brahim, autor del primer gol, y también Rodrygo, que marcó el segundo y se siente muy cómodo cuando no ejerce de referencia.
Así las cosas, el Real Madrid marcó el ritmo del partido desde el primer minuto ante un Granada con un 4-4-2 cerrado que pretendía salir a la contra apoyado en la velocidad de Bryan Zaragoza. Sin embargo, más allá de una perdida peligrosa de Kroos enmendada por Valverde, los blancos cubrieron correctamente su espalda y no sufrieron en este sentido, mientras que con el balón empezó pronto a causar daños gracias a que abrió el juego lo suficiente para obligar a los nazaríes, que perdieron muy pronto a su portero, Raúl Fernández, por lesión, a desplegarse y dejar más espacios.
Por ello, los de Ancelotti percutieron tanto por dentro como por fuera, con tres futbolistas con llegada, Bellingham, Brahim y Rodrygo, que resultaron indetectables en muchas ocasiones para la zaga. Así, el brasileño casi llegó a un centro lateral de Fede Valverde y, en el 25', Brahim recibió un magnífico pase filtrado de Kroos para definir a la perfección y adelantar a los locales (1-0).
El Granada apenas si reaccionó al margen de algún intento baldío de un Bryan Zaragoza tapado por Carvajal y Valverde, y antes del descanso, el Real Madrid dispuso de una oportunidad clara para sentenciar. Maravilla de Brahim de tacón y remate fuera de Bellingham, que poco después pidió penalti por derribo de Miquel. No pitó nada y se llegó al descanso con una cómoda, pero corta ventaja blanca
La segunda parte arrancó con un panorama similar, aunque sin Carvajal, que se quedó en el vestuario en favor de Lucas Vázquez. El Real Madrid no quiso perder el control y comenzó instalado en campo nazarí con un Brahim muy activo y protagonista. El malagueño aportaba movilidad y profundidad y en el 48' probó fortuna con un disparo con rosca desde la frontal.
Poco después, en el 56', inició la acción que se convirtió en el segundo tanto blanco después de que el balón le llegara a Bellingham y el meta evitara su tanto con un paradón. En el rechace no perdonó Rodrygo para, prácticamente, dejar finiquitado el partido ante la escasa peligrosidad de un Granada que no tiró a portería en todo el partido.
A partir de ahí, el Real Madrid se gustó con combinaciones dinámicas y gozó de ocasiones, como la de Valverde a pase de Bellingham, para haber redondeado una victoria tremendamente cómoda para mantenerse en la cima pese a la presión del Girona.