Osasuna 3-2 Betis: Demasiado lastre para evitar un inoportuno frenazo

Oportunidad de oro la que perdió este sábado el Real Betis para meter presión a la Real Sociedad en la lucha por la cuarta plaza. De hecho, de haber ganado, los de Manuel Pellegrini habrían dependido de sí mismos para alcanzar la Champions League el próximo martes, objetivo que queda ya a expensas de lo que hagan donostiarras y villarrealenses. El doblete de Budimir en el minuto 12 fue un hándicap enorme para los verdiblancos, frágiles en defensa y con más ruido que nueces en ataque. Ni siquiera el rápido 2-1 de Miranda sirvió para acercarse, porque Moncayola puso de nuevo tierra de por medio y el 3-2 de Guido Rodríguez llegó ya demasiado tarde. La mejoría en la reanudación resultó insuficiente para una escuadra en la que se echaron de menos algunos cambios, pese al gran rendimiento frente al Espanyol, puesto que el esfuerzo en los despachos para habilitar a Canales quizás mereció un guiño del chileno, que recurrió al cántabro y a Rodri, quizás los mejores, con 3-1 en el marcador y media parte agotada.

No pudieron empezar peor las cosas para los andaluces, que habían arrancado apretando bien en campo contrario, pero que se vieron sometidos durante varios minutos en los que no lograban salir de su área, lo que aprovechó Abde para conectar por dentro con Kike Barja, que vio el desmarque entre los centrales de un Budimir que batía bien por bajo a Rui Silva en el mano a mano. No se había cumplido el 6 cuando tocaba ya remar a contracorriente. Pedía, no obstante, paciencia el 'Ingeniero', aunque los suyos tenían ganas de empatar rápido, lo que pudo lograr Miranda en una transición por la derecha en la que Carvalho vio al olivarense entrando por detrás de Ayoze, aunque detuvo Sergio Herrera. Y la inmediata respuesta rojilla sería mortal de necesidad, confirmando el pleno de acierto con la misma fórmula: centro colgado por Barja y cabeceado por el balcánico, que se adelantó bien a Luiz Felipe, al palo contrario. La cronoescalada se volvía ya tremendamente escarpada para un cuadro heliopolitano frágil en defensa.

No obstante, y cómo si de batir un récord de efectividad se tratase, recortaría distancias el Betis cumplido el cuarto de hora en una acción extraña: Montoya, acosado junto al córner, parece haber perdido toda opción de centrar, pero se deshace de Ez Abde al pisarlo involuntariamente y deja atrás sin oposición para que Luiz Henrique dispare a quemarropa y Miranda, en semifallo, la introduzca en la portería al rebotarle el lanzamiento en el cuerpo para confundir al meta local. Lo revisaron desde la sala VOR, si bien el tanto subió al marcador. No había otra que aceptar el intercambio de golpes, aunque el encuentro pudo recuperar las tablas antes del ecuador de esta fase, ya que Herrera falló estrepitosamente en la salida para regalar el balón a William, que la puso con el exterior en el corazón del área en busca de un Borja Iglesias que, a bocajarro, no encontró la red por poco. Un inicio trepidante, con ambos equipos desatados, desencadenados para bien o para mal.

No tenían pinta los verdiblancos de conformarse o de bajar el ritmo para recuperar el resuello. Más bien todo lo contrario. La presión alta de Guido y Carvalho, con Guardado más ocupado de la resta y de iniciar desde atrás, brindaba réditos en forma de recuperaciones en la frontal, mientras que Ayoze y el 'Panda' se entendían a las mil maravillas, hasta el punto de que las sensaciones invitaban a pensar en que el empate sería cuestión de tiempo, pero Osasuna reaccionó con dos penetraciones de Abde a la espalda de Montoya que terminaron con un zurdazo al lateral de la red y un paradón de Rui Silva en el mano a mano con el marroquí. Todavía habría mucho que contar, merced a un guion imprevisible. El último cuarto de hora del periodo inaugural tenía color rojillo, con varios córners provocados y servicios continuos al área para buscar los centímetros de Budimir.

No sería de esta forma, sino con un golpe de suerte que nació del enésimo carrerón del extremo cedido por el Barça para superar ampliamente al también canterano culé, con pase atrás que Moncayola empalmó en la frontal para que el desvío involuntario en el pie de Miranda dejase vendido a Rui Silva. Minuto 41 y otra dos goles de desventaja para el cuadro foráneo, aunque pudo ser peor, ya que los contragolpes navarros llevaban muchísimo peligro. En la última jugada, de hecho, Abde conectó con Kike Barja, que no acertó a controlar cuando estaba solo para fusilar el cuarto, rehaciéndose a tiempo Guido Rodríguez para evitar que el extremo o Budimir hicieran más sangre. Mucho que mejorar en la reanudación, pues la manta quedaba tan corta que apenas abrigaba, sin que el 'calorcito' por delante sirviese para obrar un marcador más apretado.

Pellegrini no dudó en meter inmediatamente a Rodri y Canales para tener más balón y presencia ofensiva. Y, al menos de inicio, el resultado fue prometedor, con intentos peligrosos de Miranda y Ayoze. Había que arriesgar. Antes de los diez minutos, Budimir estuvo a punto de hacer el cuarto, ganando por enésima vez la partida a Luiz Felipe, pero lo impidió Rui Silva. El problema seguía estando en la libertad con la que los laterales anfitriones llegaban a campo contrario, en parte porque el cántabro se afanaba en que no le hicieran un 2x1 al olivarense, con el otro internacional sub 21 y Guido pendientes de ayudar a Montoya. El otro problema, claro, residía en la falta de nitidez de las escasas llegadas béticas. Trató de arreglarlo Rodri, al que le sobraron regates y le faltó tiro cuando estaba en plena 'zona roja'. El ritmo no menguaba ni dos minutos seguidos, trasladando a los meros espectadores esa sensación de agobio.

Mereció el 3-2 el conjunto de Pellegrini cuando se cumplía la hora de partido, pero Montoya no atinó en un pase de la muerte que capturó Aridane con tres compañeros prestos a rematar, mientras que Sergio Herrera sacó con agilidad un zurdazo de Canales que tocó en un zaguero (luego, rozaría el palo desde más lejos) y Rubén Peña bloqueaba el intento de volea de Ayoze a continuación. El chileno introdujo sin más dilación otros dos cambios, dando entrada a Joaquín (que recibió el cariño mayoritario de El Sadar tras anunciar esta semana su retirada a final de temporada) y Willian José. Pero sería Guido Rodríguez el que recortó distancias, cabeceando increíblemente solo un córner sacado en corto y colgado por Rodri. El saque de esquina lo forzó Ayoze, cuyo zurdazo envenenado desviaba con apuros el meta local. El cansancio hacía más mella aparentemente en Osasuna, por lo que su oponente dio un paso al frente para rematar la faena.

La lluvia complicaba el asedio postrero, aunque Rodri se echó el equipo a la espalda y acarició el empate con un centro-chut que mandó a córner con apuros Sergio Herrera, amén de con una penetración hasta la cocina que forzó un córner que remataría Montoya muy cerca del palo. Fue la última ocasión digna de reseñar en un encuentro que deja muy insatisfechos a los verdiblancos, quienes despertaron muy tarde y que acusaron el enorme lastre inicial, por lo que se dejan tres puntos en Pamplona que no sólo cercenan sus opciones de Champions, sino que obligan a los de La Palmera a mirar hacia atrás para proteger su privilegiada posición, de momento de Europa League.

FICHA TÉCNICA.-

CA Osasuna: Sergio Herrera; Rubén Peña (Nacho Vidal 81'), Aridane, David García, Juan Cruz; Moncayola; Kike Barja (Iker Benito 71'), Pablo Ibáñez, Aimar Oroz (Iker Muñoz 87'), Adbe (Manu García 81'); y Budimir (Kike García 81').

Real Betis: Rui Silva; Montoya, Luiz Felipe, Edgar, Miranda (Abner 81'); Guido Rodríguez, Guardado (Canales 46'); Luiz Henrique (Rodri 46'), William Carvalho (Joaquín 65'), Ayoze; y Borja Iglesias (Willian José 65').

Árbitro: Alberola Rojas (castellano-manchego), con el berciano González González en el VAR. Amonestó únicamente a los locales Aridane y Kike García.

Goles: 1-0 (6') Budimir; 2-0 (12') Budimir; 2-1 (16') Miranda; 3-1 (41') Moncayola; 3-2 (70') Guido Rodríguez.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la jornada 30ª de LaLiga, disputado en el Estadio El Sadar de Pamplona ante 19.723 espectadores, con presencia bética en las gradas (unos 600 espectadores). El conjunto visitante vistió calzonas verdes (al confundirse las negras oficiales con las azul marino de Osasuna) y brazaletes negros en memoria de Luis Márquez.