Miguel Ángel Gómez, quien fuera clave dentro de las estructuras de Monchi en los años más exitosos del Sevilla FC y, posteriormente, iniciara su camino en solitario como director deportivo del Valladolid y del Ibiza, ha atendido a ESTADIO Deportivo en una extensa entrevista en la que desgrana los pormenores de un mundo tan complicado como el de la dirección deportiva, donde la gestión de las plantillas es tan sólo, quizá, la punta del iceberg. Una tarea cada vez más profesionalizada a las que las nuevas tecnologías han llegado para quedarse y perfeccionar aún más la labor, pero para la que sigue siendo crucial el instinto y la experiencia del director deportivo y su equipo de trabajo. Como el propio Miguel Ángel Gómez defiende, "todas las áreas del club deben ayudarse unas a otras" y "no ser compartimentos estancos", algo clave para encontrar el éxito, así como "no esconderse en el dato" a la hora de tomar una decisión.
- Si no me equivoco, ha aprovechado este tiempo para seguir formándose y ha estudiado un máster de gestión deportiva.
- Sí, bueno. Entre otras cosas, estoy dándole una vuelta más; aparte del tema de los idiomas y demás, que eso sí es verdad que lo llevamos haciendo desde hace muchos años. Me apetecía un poco sumergirme en el tema de las finanzas en sí. Entonces, es un material muy centrado en el tema de gestión financiera, de entidades deportivas y bueno, el tema de siempre, echarle más cositas a la mochila de los conocimientos e incrementar ese conocimiento, valga la redundancia.
- Imagino que viendo mucho fútbol también.
- Sí, a tope. Tengo a mis compañeros también, que estamos entre todos dividiéndonos todo el fútbol de Youth League, Europa League. En España Primera, Segunda… Todas las competiciones que tienen selecciones, porque eso nos viene muy bien. Al final, cuando estás en el paro no tienes herramientas para ver todo el fútbol. Entonces sí es verdad que con los partidos de selecciones sub 21 y sub 19 estamos intentando también absorberlo todo, porque así te facilitan el trabajo. Al final, cuando estás solo, tienes menos acceso al fútbol.
- ¿Es capaz de quitarse uno el traje de director deportivo cuando no está en activo y sentarse en el sofá a ver fútbol con tranquilidad?
- Pues mira, los primeros meses estás muy nervioso porque tienes la sensación de que se te escapan jugadores y que al final que no conozcas un jugador te va a lastrar en cualquier tipo de entrevista con propietarios. Intentas tenerlo todo controlado a base de datos, pero luego también vas madurando un poco y te vas dando cuenta de que al final es de sentido común. Cuando no tienes todas las herramientas no puedes acceder a todo, por lo que quizás es más el cómo vas a trabajar, cómo vas a decidir y todas estas cosas antes que en si el conocimiento extremo de algo. Al final, cuando estás en estas situaciones, pues tienes menos acceso a las plataformas que te permiten ver más fútbol. Entonces, sí es verdad que los partidos y se ve más relajado.
- 25 años de carrera…
- 25 años, sí. Empezamos con la selección andaluza femenina en un momento en el que el fútbol femenino todavía no era este. Me llamó Juan Ocaña para que fuera su su asistente con la selección. Luego, al año siguiente, me nombraron seleccionador y bueno, estuvimos echando unos pocos años. También estuve con la selección masculina. Con Jerónimo arranco y con Emilio del Pino, que bueno, tuvimos una selección que quedó campeona de España y una juvenil que para mí era muy buena y pegamos un petardazo.
- 25 años de continua evolución. Desde el fútbol femenino hasta nuestros días, en el que ha sido director deportivo de varios clubes. ¿Cómo ha ido cambiando Miguel Ángel Gómez tanto en lo personal como profesionalmente?
- Yo he sido siempre muy inquieto y me ha gustado muchísimo el ámbito del deporte. A parte de haber estado en el fútbol, que evidentemente era el 95% de mi ocupación diaria, también ayudaba a deportistas de alto rendimiento. Al final he tenido atletas, tenistas, jugadores de tenis de mesa, gimnastas, nadadores… Eso también te amplía un poquito a la hora de trabajar luego en fútbol, porque veo otros deportes que tienen un montón de sacrificio, que tienen mucho menos ‘feedback’, mucha menos repercusión, pero el esfuerzo es supermáximo. Eso también te ayuda a trabajar. Yo creo que una de las virtudes mías, quizá, es que no me creo que soy el que más sabe. Entonces creo que siempre intento aprender de todo el mundo, sobre todo de los veteranos. A mí esa historia de esto es muy antiguo no me vale. Siempre he estado en contra de eso, porque precisamente por ser antiguo y haber perdurado en el tiempo también tiene que tener cosas que son buenas, ¿no? Creo que la clave está siempre en adquirir esos conocimientos y luego tú administrarlos en función de tu forma de ser. Quizás lo que en esta última etapa tengo más claro, después de haber vivido tantas cosas, es que donde más feliz eres es donde trabajas más o menos en la línea que tú crees.
- Al hilo de lo que viene comentando, me ha hecho hincapié en las nuevas tecnologías, en los instrumentos para poder ver fútbol con más facilidad o con mayor comodidad. También me has hecho hincapié en lo antiguo y en los veteranos. Estamos ahora inmersos en un fútbol moderno, en una evolución en la que se habla mucho del Big data, de la IA, de la Learning Machine… ¿Qué se ha perdido con toda esta evolución y que se ha ganado? El Sevilla FC se hizo grande por estar el primero donde había que estar viendo fútbol.
- A ver, yo creo que perder no se ha perdido nada. Lo único que ocurre es que es verdad que quizá tiene más repercusión ahora mismo todo el mundo que trabaja con las nuevas herramientas. Si hablas quizás con las personas que tienen más experiencia, todos te van a decir que son herramientas superútiles, pero que al final ellos van tomando también decisiones. En aquella época, lo que hizo Monchi, fue meter precisamente metodología también nueva. Nosotros mirábamos cosas a nuestra forma, información, datos que nos pudieran ayudar, pero evidentemente la presencia física en los torneos es clave; pero no es que fuera clave antes, también lo es ahora, porque ves muchas cosas de gestos, de comportamiento. Conocer, si te paras después de los partidos, también el entorno en el que se mueve. Pero bueno, yo creo que a día de hoy, con todas las herramientas que hay, tienes buenos argumentos para tomar decisiones. Yo creo que la clave, y lo comenté en el Sport Data Campus, está en no esconderte detrás de los datos para tomar una decisión, porque luego, como decía mi amigo, al final siempre tiene diez razones para decir que sí y otras diez razones para decir que no. Los datos los puedes utilizar incluso para defender lo que es indefendible, lo que el sentido común te dice que no llevas razón. Pero si quieres, a día de hoy, con todos los datos que hay, tú podrías defenderlo y defenderlo perfectamente.
Creo que la clave está en en buscar ese equilibrio y, sobre todo, también el estar respaldado con un modelo claro de funcionamiento. No creo que haya un solo modelo, creo que que hay muchos modelos, muchas formas de trabajar. A mí, personalmente, me gusta más el que integra todas las áreas del club, el que hace que las áreas se ayuden unas a otras, no que sean compartimentos estancos. En los momentos en los que yo he visto más éxito en los proyectos en los que he estado, lo que siempre he visto es muy buena relación entre las áreas y sobre todo que todas las áreas han estado abiertas a que su compañero lo complemente y le ayude. Preparación física, técnico, táctica, metodología, los doctores… Si todas las áreas se interrelacionan bien, se trabaja muchísimo mejor.
- Hablando de modelos, leí en su día Rafa Benítez en una entrevista que decía que, en su opinión, había tres tipos de modelos a la hora de trabajar en el fútbol. Uno era el presidencialista, el que podríamos calificar, por ejemplo, al Sevilla actual, donde el Nido Carrasco tiene bastante voz o en tu caso, lo que también vivirías con Ronaldo. Otro en el que el director deportivo tiene una fuerte preponderancia, como puede ser el Sevilla de Monchi en el que estuvo trabajando, y el típico modelo inglés del manager en el que entrenador es el que maneja el tema de los fichajes, que podría ser el actual de Emery, con la ayuda de Monchi, en el Aston Villa. No sé si tú está de acuerdo con ello o si tiene otra opinión y, si es así, con cuál se siente más cómodo.
- A mí me gusta trabajar en equipo. Yo creo que es muy importante que haya un trabajo en equipo de todas las áreas. Lo que pasa que a día de hoy aquí hay una parte que se nos olvida, que es la de los fondos de inversión, pues al final los fondos tienen diferentes intereses. Tienen un club aquí, otro en América, otro en Suiza, otro en Italia… Entonces es un modelo todavía más enmarañado. Creo que a día de hoy no es solo ya la estructura que tú elijas, sino las personas también que estén y la visión que tengan. Yo estuve con Carlos Suárez en Valladolid, que entre comillas era un modelo también presidencialista, pero en cambio, por su forma de trabajar, acabamos trabajando en equipo. Nosotros discutíamos todo, él daba su punto de vista y yo el mío. Evidentemente, la última palabra la tenía él siempre, porque al final era él el propietario, quien se está jugando el dinero. Pero sí es verdad que en el 95% de las ocasiones más o menos se dirigía o en el 90% la decisión hacia lo que te orientaba tu dirección deportiva.
Luego hay otro modelo donde se hace lo que quiere el presidente o por la mañana se levanta pensando en renovar un jugador y al día siguiente te dice que lo va a echar. Entonces quizá yo creo que la clave está en en la coherencia de de lo que tú defiendas. Es decir, no puedes vender o decir que se trabaja de una forma y luego ser todo lo contrario, tomando decisiones de manera impulsiva en base a lo que te dice gente del staff del otro lado. La clave está en que cada puesto en los clubes esté bien planificado. Es decir, las responsabilidades son estas. Hasta que llegas tú, hasta aquí llego yo. Estos son los objetivos antes de firmar. ¿Lo aceptas o no lo aceptas? No vale que tú aceptes los objetivos y luego te quejes de que es que hay que ver la plantilla que tengo, el presupuesto que tengo; tú antes de firmar un contrato sabes lo que hay. ¿Qué pasa? Que luego cada uno juega con la repercusión de las cosas y lo maneja. Yo creo que la clave está en en poner siempre desde el principio las cartas encima de la mesa. Decir: ¡Oye! Este es el presupuesto y este es el objetivo del club. Además, los clubes que tienen más claro eso, aunque hayan pasado crisis, lo llevan mejor. Hablo, por ejemplo, de Girona, del que yo he seguido su evolución porque han crecido, digamos, conforme yo iba creciendo e iba fijándome en ellos. Al final, es un club que tiene un momento, tiene varios intentos de llegar a Primera y no llega, pero sigue manteniendo su línea hasta que llega a Primera. Desciende el año que nosotros conseguimos permanecer. Luego han tenido dos o tres temporadas en las que han intentado ascender y no lo han conseguido y al final lo han conseguido. Y ascienden curiosamente en una temporada donde en la jornada 12 están en descenso. Pero ellos tienen claro su modelo y su objetivo. Entonces, digamos que todo el club ha seguido una línea. Hay veces que te sale, hay veces que no, pero todos estaban cómodos con esa línea. No es mantener solo al entrenador; es tener claro qué tipo de jugadores tienes que tener, cuál es la inversión y cuáles son tus tipo de jugadores y apuestas. A partir de ahí, seguir una línea de calma como en la que ha estado toda su vida en Girona. Es un hombre de club y ha estado en las buenas y en las malas porque la línea del club era esa. Igual te puedo decir otros muchos más. Es decir, Osasuna para mí es un buen ejemplo también a día de hoy, porque ha mantenido sus ideas claras en momentos de borrasca. Y bueno, con un muy buen director deportivo. Hay muchos ejemplos de eso. Real Sociedad que han tenido claro también su modelo. Al final llega un éxito. Ahora lo difícil es mantenerte ahí, pero siempre está Roberto Olabe con unas líneas claras. Todos los años hacen algo nuevo también. Este año han explorado muchísimo el mercado africano a nivel de escalafones inferiores, con Fran Castaño, entonces no sé, yo creo que la clave es tener un plan de verdad y seguirlo. No variar en función de cómo va ese día los resultados.
- Voy a hacerte una pregunta un poquito comprometida. Estamos hablando de clubes y quería centrarme en el Sevilla, en el que tantos años ha estado y que quizá no pasa por su mejor momento. ¿Qué opinión le merece?
- Es una situación complicada. Si tiramos también para atrás toda la época pos-Monchi, tanto en el 2017 como ahora, ha sido complicada la siguiente temporada. Eso se genera porque Monchi es una figura muy fuerte tanto a nivel público como interno. Entonces eso genera una situación extraña. Luego, según leo, porque yo no estoy ahí metido, está el tema presupuestario, por lo que tienen que ir haciendo muchos ajustes. Luego también jugadores que tú quieres que se vayan y no se van. Jugadores que se quieren ir y tú al final pues por que no llegas a un acuerdo con las negociaciones pues se quedan aquí a disgusto porque se querían ir. Otros que quieren renovar y tú no lo quieres renovar y tienes que bregar para que rindan. Es una temporada donde se han dado tantas circunstancias difíciles que es complicado que que rindan.
- Como director deportivo, le pregunto: ¿Esos jugadores con contratos altos que no quieren salir porque están cómodos aquí es más culpa del director deportivo que no consigue colocarlos o del director deportivo que acaba haciéndole un contrato demasiado cómodo y que el rendimiento luego no es el apropiado?
- A ver, yo creo que va en función también de la situación económica del mundo del fútbol en general. Estamos viviendo temporadas donde, salvo dos o tres clubes, los demás están en una situación bastante complicada pese a las ayudas. Si echas un vistazo un poquito al reporte que te hacen los clubes, hay muy pocos clubes que te digan estar en una situación económica buena. Entonces, claro, eso lo saben también los clubes compradores y te aprietan. Empieza un tira y afloja y bueno, al final el jugador evidentemente tiene un contrato firmado, que tú lo has firmado también para estar protegido porque si tú a ese jugador no lo renuevas tres temporadas y se te va libre, la empresa también te dice joder, se te ha ido libre. Vamos a apostar, imagínate; vamos a darle un 30% más de lo que está cobrando actualmente y le hacemos dos años más. Pero así, si viene un club, pues igual le podemos pedir por lo menos 4.000.000. Que se vaya y con eso cuatro pues he pagado ese 30% más y he sacado un beneficio. Esa es la clave, pero en el mundo del fútbol actual hay un ‘overbooking’ de jugadores. Cada vez se retiran más tarde, son más veteranos; los jóvenes que vienen de abajo lo hacen con mucha fuerza y no acaban de encontrar el éxito. Entonces al final está todo. Si no acaban de decidir bien, pues se generan los problemas que hemos comentado y toca gestionar un vestuario con uno que se quiere ir pero no se va porque no lo dejan y otro que tú quieres que se vaya y no se quiere ir. También está lo de fin de contrato. El jugador sabe que acaba, que tú no les ofrece una renovación y hay muchos momentos donde el jugador tiene que estar al 100% y no al 70% para no lesionarse, por ponerte un ejemplo. Eso genera que tú tienes la sensación de que no acabo de conseguir sacarle todo el rendimiento al equipo porque se dan estas circunstancias y no es fácil.
- No está en activo, pero se nota que está siguiendo la actualidad al dedillo. ¿Qué planes tienes de cara al futuro?
- Bueno. Hemos estado reunidos en el último año con dos o tres proyectos interesantes, en la mayoría en el extranjero. Yo, por mi situación familiar, en la que hemos tenido años complicados, enfermedades y demás, pues han sido años difíciles. Digamos que lo que me sale no me gusta y que lo que me gusta no me sale. Pero bueno, por lo menos esas reuniones me han servido también para ver un poco cómo está el tema en el extranjero. Hay confianza en en el producto español, en los jugadores y en los ejecutivos. De hecho, lo puedes ver, qué de entrenadores y directores deportivos están por ahí. Tienen la ilusión esa de generar esas estructuras. Y bueno, yo creo que en España se espera un poquito más a final de temporada, cuando ya todo esté listo.
Lo que sí es verdad que que por toda la circunstancia pasada, ahora estoy en un momento de madurez donde lo que me gustaría es estar en un sitio donde pueda aportar. Marcarte un objetivo, un modelo de trabajo con el que tú estés de acuerdo. Hay mucho fútbol. A mí me encanta ver fútbol, es decir, todas esas cosas que en muchos momentos se han perdido. Y luego pues tener la confianza de las personas para las que trabajes.
- Se me antojan muchos clubes suculentos. En Segunda división, de hecho, hay muchos históricos asentados como Zaragoza o Oviedo; descienden también andaluces como Almería, Granada y Cádiz -en el momento de la entrevista aún no era matemático-.
- Actualmente la Segunda división tiene un nivel de Primera. Mira la igualdad que hay, que curiosamente también es más grande que en Primera en cuanto a presupuestos. Fíjate que tanto para descender como para para ascender está todo muy igualado. Es decir, no existe una gran diferencia y hay muchos jugadores de segunda que se han incorporado a Primera división y que lo están haciendo muy bien. A día de hoy, la la Segunda división es una Segunda división muy histórica. Racing de Santander, Sporting de Gijón, Tenerife… Son todos proyectos superbonitos, con una con mucha afición por detrás, queriendo empujar.
- El caso del Almería es similar a lo que comentábamos antes. No es un fondo inversor, pero bueno es un árabe que ha venido con todo su séquito, su dinero y ha revolucionado Almería. Este año, sin embargo, no están contentos porque han bajado a Segunda.
- Sí, es lo que tiene el gestionar equipos de alto rendimiento en el que uno más uno no son dos. Hay muchas variables que tú tienes que controlar para que los equipos rindan. Algunas veces tienen una plantilla en inferiores que te rinde muy bien y otras veces tienes plantillas con muchos nombres, con jugadores que individualmente son mejores que los anteriores y, en cambio, a la hora de unirlos a que busquen un objetivo común no van. La forma de unirlos… Pues muchas veces es teniendo una instalación adecuada, por ejemplo. Decisiones que se toman en ese día a día que los aficionados y los que estamos fuera no conocemos, pero que dentro rompen un poco la dinámica y el buen rollo. Ahí hay muchas cosas. Me decía un entrenador de Primera División con el que estuve hace muy poquito que se encuentra a algunos propietarios que valoran más que le caiga simpático a los jugadores con los que trabaja que el trabajo en sí. Muchas veces a los jugadores le tiene que pegar una vuelta de rosca y tenerlos enfadados tres semanas para que saquen su mejor versión. Ahora parece que se prima más el ser coleguilla y el ser simpático y buena gente, que no toque mucho. Y como yo le decía, pues es un tema vuestro también, que lo tenéis que debatir. Al final, Yo creo que se trata de unos valores, tú tienes que tener tus valores y si tus decisiones son honestas tampoco te tiene que preocupar.
- Hemos hablado mucho de configurar plantilla, pero quizás una de las decisiones más difíciles de un director deportivo es la de contratar a un entrenador y despedirlo en su momento, que, por otro lado, parece que es lo más fácil en el mundo de fútbol.
- Sí. Al final, para mí, es el 90% del éxito de una temporada. El 90% del éxito una temporada está en la elección del entrenador. No quiero polemizar, pero te podría poner muchos equipos que con prácticamente el 90% de la plantilla del año anterior en el que habían quedado el 15, con otro entrenador han quedado campeones de algo o han conseguido el objetivo. Yo creo que el entrenador es clave. Para mí esa decisión es se tiene que tomar de manera conjunta, porque cuando llegan los malos momentos, si todos no han estado convencido de esa decisión, lo más normal es que salte por los aires el entrenador. Si no ha habido un acuerdo, lo normal es que yo creo que es una decisión que se tiene que tomar en equipo para cuando vengan los malos momentos, arropar al entrenador o tomar la decisión de otra forma.
- Le estoy escuchando y a mí, inevitablemente, se me viene a la cabeza el nombre de Mendilibar en el Sevilla.
- Yo ahí, a nivel general te diría. Cuando en una temporada pasan tres entrenadores, lo normal, en el 80% de los casos, ocho de diez han sido una ruina. Dos acaban siendo exitosos, como es el Sevilla del año pasado, que al final tuvo tres entrenadores y acabó levantando el título. Al final, tener tres entrenadores te marcan mucho, muchísimo. Creo que también hay que darle una continuidad a la apuesta que tú haces, porque no es una apuesta a voleo. Siempre pongo una frase de Roberto Olabe como ejemplo. ‘No podemos cambiar de caballo a mitad del río, ahí te puede ahogar’. Y creo que hay que intentarlo. Si se ve que quizás ya el rendimiento no es el acertado o lo que tú esperabas… Dentro de los modelos de gestión, por el contexto en el que llega un entrenador, pues para eso estás tú, también para tomar decisiones, para buscar el sustituto adecuado.