Luisma Sánchez4 min lecturaAlegría en Son Moix y esta algo más especial que de costumbre. El equipo de Javier Aguirre se llevó los tres puntos en casa ante el Real Madrid a base de resistir y no se arrugó ante los blancos. Partido polémico desde antes del inicio, muchas cartulinas amarillas y varios rifirrafes, sobre todo entre Vinicius y la mayor parte de la defensa del Mallorca. Gestos polémicos y un partido para enmarcar de los bermellones, que incluso Rajkovic detuvo un penalti. Así vivimos el encuentro en ESTADIO Deportivo.
El ambiente en Son Moix estaba caldeado desde antes por las ganas que se tenían ambos equipos tras las declaraciones de Raíllo sobre la conducta de Vinicius, algo que viene del pasado. Cada vez que tocaba el balón, el brasileño era pitado por el público. Hacía viento en Mallorca y esto afectaba también en parte al juego.
El Mallorca aprovechó uno de los primeros balones que tuvo en ataque y en el minuto trece, tras un centro, Muriqi peleó por un balón por alto con Nacho y tras rebotar en el defensor blanco, se introdujo en la portería defendida por Lunin tras superarle por alto. El ucraniano tuvo que sustituir a Courtois en el día de hoy después de que el portero se marchase lesionado en el calentamiento.
El Real Madrid intentó reaccionar, pero no pasaba de tres cuartos de campo. Ya desde los primeros compases del partido comenzaron a saltar chispas entre Raíllo y Vinicius. El equipo de Ancelotti lo intentaba desde larga distancia a base de cañonazos. Rüdiger, Asensio o Rodrygo probaron fortuna desde lejos, ya que la muralla del Mallorca era muy fuerte.
El partido se empezó a caldear al descanso. Vinicius vio la cartulina amarilla minutos antes y se marchó al vestuario enseñando el escudo del Real Madrid a la afición del Mallorca. Más tarde, en la segunda mitad, Raíllo se iba a encargar de mostrarle en la cara del brasileño el escudo del RCD Mallorca.
En la segunda mitad, el equipo de Aguirre lo intentó a la contra en más de una ocasión, aunque sin éxito. A los pocos minutos, Rajkovic hizo un penalti sobre Vinicius, ya que llegó tarde. Sin embargo, el serbio se encargó de detener la pena máxima a Asensio.
Durante la segunda mitad, el ambiente se iba calentando y Hernández Hernández no tenía problemas en sacar tarjetas amarillas. Son Moix también estaba más encima de Vinicius. El brasileño acabó desquiciado e incluso Ancelotti tuvo que llevárselo tras el pitido final, por miedo a que se metiera en un lío.
Ancelotti dio entrada a Mariano y tuvo varias oportunidades. Rüdiger lo intentó a la desesperada al final, pero no hubo manera. El Real Madrid se fue sin puntuar y el Mallorca se llevó un chute de energía.