Sevilla FC y Real Betis es una división innata desde del comienzo de los tiempos. La capital andaluza es dual es el fútbol y también en la Semana Santa, como ejemplifica la rivalidad entre La Macarena y la Esperanza de Triana. Muy pocos son los jugadores que han militado en ambos conjuntos. Pasar de uno a otro implica polémica, tensión y ganarse la enemistad por siempre de una grada. El último caso y más sonado es el de Isco Alarcón. Militó media temporada en Nervión y este verano recalaba en Heliópolis para erigirse en una de las estrellas del plantel que dirige Manuel Pellegrini. Pero antes del 'bandazo' del malagueño, se recuerda otro caso como el de Diego Rodríguez.
El defensor canario jugó entre 1982 y 1988 en el Real Betis antes de pasar al Sevilla. Lo hizo envuelto en mucha incredulidad y tensión por parte de ambas aficiones. La verdiblanca no se explicaba el porqué de esa decisión, pero lo hizo. En la escuadra sevillista estuvo ocho años. Entre 1988 y el 1996. Aprovechando la disputa de 'El Gran Derbi' del próximo domingo, Diego recuerda ese cambio y deja claro cuál es equipo en el corazón.
Diego Rodríguez atiende al programa 'El Chiringuito' de Mega para hablar del derbi sevillano y su historia personal al haber militado en ambos conjuntos. Fue capitán de Betis y Sevilla y llegó a jugar nada más y nada menos que 23 derbis. "Se echa de menos ese morbo de salir a un campo con 60 o 80.000 personas...", comienza diciendo.
Preguntado por ese paso del Betis al Sevilla, comenta: "El paso fue muy complicado. Es difícil hacerlo para cualquiera. Si vemos ahora quién lo ha hecho, hay pocos. Casi nadie. Hubo muchos problemas, pero yo estaba muy seguro de mi decisión. Hoy la volvería a tomar otra vez". Y ahondó en el tema: "Ese morbo me gusta. Soy como los romanos, me gusta la arena. La gente me abucheaba evidentemente, pero eso hay que entenderlo", explica.
Pese a vestir ambas camisetas, tiene claro sus colores: "Soy sevillista. Además, accionista. No voy al campo ahora. Soy del Sevilla FC. A mí no me representa ahora mismo quién lo dirige. El club es una ruina ahora mismo. Económicamente, socialmente. Iré cuando cambien...".
Sobre las aficiones, se moja: "La del Betis es impresionante. Es más pasional. Bajan a Segunda y en vez de 50.000, tienen 70.000 socios. La del Sevilla es más exigente. La del Betis aguanta tela", sostiene. Una historia de división que aún se recuerda en la ciudad. La historia de Diego Rodríguez.