La jugada que pudo salvarle el puesto a Diego Alonso y toda la polémica del Sevilla - Villarreal

Una imagen vale más que mil palabras. Y en este caso hasta el puesto de un entrenador podría decirse. Y la cara de Diego Alonso viendo como Brereton Díaz superaba a Kike Salas y a Dimitrovic y ponía el 1-2 en el luminoso en el Sánchez-Pizjuán fue todo un poema. Y de los tristes. Pero ahí apareció la figura de Prieto Iglesias en la Sala VAR. Porque el colegiado Díaz de Mera Escuderos y sus asistentes no vieron la falta del delantero amarillo sobre Kike Salas en el autopase.

De hecho, en el Sevilla también reaccionaron tarde a la hora de reclamar dicha infracción. Hasta al propio técnico uruguayo le tuvieron que avisar de que había existido una falta previa. Finalmente, el árbitro castellano-manchego fue a revisar la jugada en la pantalla y anuló el tanto del conjunto castellonense. El charrúa volvía a respirar y a conservar su puesto en el banquillo.

Porque de haber perdido otra vez de la misma manera, las opciones de seguir al frente del equipo eran ínfimas por mucha confianza que le hubiesen transmitido en la previa del encuentro.

Y tras el pitido final, los protagonistas hablaron ante los micrófonos de DAZN. Primero fue Marcelino: "No entiendo nada. El VAR no se ha creado para esto. Es que entonces le condiciona siempre al árbitro. ¿Para qué entra el VAR? No sé qué está pasando esta temporada. Me parece una herramienta útil, pero no se está usando correctamente. En las cámaras pudimos ver que eso no es falta en fútbol".

Luego, fue Diego Alonso: "No me corresponde valorar las declaraciones del técnico rival. No me parece ético. Pero las funciones del VAR son esas". Y por último, habló Kike Salas, sobre quien se produjo dicha acción: "Yo sigo la carrera, me toca por detrás y no puedo seguir corriendo. Menos mal que la ve el VAR y la pita".

Como se observa en esta imagen, el delantero del conjunto castellonense derriba, sin querer en su carrera, al zaguero sevillista, que ya no puede continuar la jugada. Pero con la velocidad de la acción, ninguno del trío arbitral lo pudo ver. Incluso algunos jugadores sevillistas tampoco, como el cancerbero Dmitrovic, quien se quedó tumbado en el suelo fruto de su incredulidad por el momento en el que, de nuevo, les remontaban un partido.

El fútbol esta noche no fue justo con el Sevilla, que mereció más por ocasiones. Sólo en los diez primeros minutos del segundo acto, el Villarreal fue superior. Pero pudo ser más injusto todavía si dicha jugada no llega a ser revisada. Porque lo cierto es que no todos la hubiesen revisado. Al menos, tras lo visto esta temporada.