Girona
Granada
Cuando hablamos de ponerle el broche a una obra, nos referimos a hacerlo de forma perfecta, completa, impecable. Pues bien, eso ha hecho esta noche el Girona FC, que ha redondeado una maravillosa temporada goleando al Granada en Montilivi (7-0). Los de Míchel recordarán siempre lo que han hecho este curso, sobrepasando incluso la barrera de los 81 puntos, por no decir que ha conseguido de forma merecida y holgada su billete para la Champions League. En este caso, el rival que ha sido superado y avasallado ha sido el Granada, que si ya estaba descendido a LaLiga Hypermotion, todavía pueden hundirse más si gana mañana el Almería, ya que terminaría colista en la competición.
Había varios alicientes antes del partido, uno de ellos el Pichichi de Dovbyk, que superó a Sorloth con un hat-trick, dos penaltis incluidos. Habrá que estar atentos mañana al partido del Villarreal. Como no podía ser de otra manera, el ucraniano se llevó una gran ovación por su público, que coreó el nombre del delantero. Lo dio todo y sus compañeros le buscaron una y otra vez para ayudarle en su objetivo particular. El colectivo ya lo habían superado, con creces, que no era otra cosa que sumar tres puntos más para darse un festín junto a la afición gironí.
Míchel introdujo dos novedades respecto a la victoria en Mestalla. Metió a Portu y Miguel Gutiérrez por Sávio y Arnau, mientras que Sandoval salieron con Maouassa como principal novedad en un once con las también novedades de Ricard y Villar. El conjunto local era claro favorito en este partido, y lo ratificó desde el comienzo del partido, dominando y maniatando a un Granada claramente inferior.
Venía perdonando mucho el Girona y cuando marcó el primero, no le dio vergüenza y se fue a por más. El primero y segundo llegaron a la vez. Primero anotaba Eric García tras un córner en corto que acaba en el segundo palo con el central entrando con potencia y mandando a la red el balón. El siguiente lo hacía Tsyhankov desde el corazón del área tras un pase a placer de Miguel Gutiérrez. Todavía hubo tiempo para otro más antes del descanso. Dovbyk se estrenó desde los once metros y marcó el tercero. Así llegaban al descanso, con un Girona pasando por encima al Granada.
El segundo tiempo fue un vendaval. Ni los cambios que introdujo Sandoval (Rodelas y Villar por Callejón y Piątkowski) en el descanso pudieron cambiar el choque o detener la sangría. Dovbyk avisó con gol, aunque le anularon el tanto por estar en posición adelantada. No pasó nada, porque Tsyhankov estaba ahí para aumentar la renta tras una gran acción de Savinho por la izquierda, llegando a línea de fondo para asistir al centrocampista ucraniano y que este anotase el segundo en su cuenta particular.
Míchel introdujo cambios, sin quitar a su delantero en busca del Pichichi, y Sandoval protestó una expulsión a uno de sus jugadores, tras un débil agarrón de Pellistri. Se quedaban con uno menos y quedaba un mundo. El ucraniano disparó al palo antes de que anotara el quinto y su segundo tanto de la noche a pase de Stuani. Lo celebró con rabia y se fue a por el hat-trick. Lo consiguió, otra vez de penalti, pero antes también se unió a la fiesta su compañero Stuani tras un centro de Yan Couto. La fiesta continuó tras el pitido final y puede durar hasta el inicio de la próxima campaña. Se lo merecen, desde luego.