Luisma Sánchez3 min lecturaEl fútbol español y el mundo del arbitraje se encuentran de luto tras el fallecimiento, a los 78 años, de Joaquín Ramos Marcos, una figura emblemática que dejó una profunda huella tanto dentro como fuera del terreno de juego. El colegiado salmantino, comenzó su vínculo con el fútbol como jugador en equipos de su tierra natal. Sin embargo, una lesión durante iba a truncar su carrera como futbolista. Lejos de alejarse de su pasión, encontró en el arbitraje una nueva forma de seguir ligado a su gran pasión.
Ramos Marcos debutó en Primera División el 22 de septiembre de 1979, arbitrando un Espanyol-Zaragoza en el histórico estadio de Sarriá. Su trayectoria en la élite se extendió durante 14 temporadas, dirigiendo partidos de gran rivalidad, clásicos y hasta tres finales de la Copa del Rey. Su último encuentro tuvo lugar el 12 de diciembre de 1992 en el mítico Atocha, donde la Real Sociedad venció al Sevilla por 1-0. En total, acumuló cerca de 200 encuentros oficiales en su carrera.
Reconocido por su talento y profesionalidad, Ramos Marcos se convirtió también en árbitro internacional de FIFA en 1986, representando al arbitraje español en competiciones como la UEFA Champions League y la Copa de la UEFA hasta 1991. Además, recibió en dos ocasiones el prestigioso Trofeo Guruceta, que lo acreditó como el mejor árbitro de la Liga durante las temporadas 1988-89 y 1989-90.
Tras colgar el silbato, continuó vinculado al fútbol como analista arbitral y comentarista de las decisiones arbitrales que sucedían en cada jornada del fin de semana. Su carisma y claridad a la hora de explicar las jugadas lo llevaron a colaborar con diversos medios. Inició esta faceta en la Cadena SER y más tarde destacó en programas televisivos como ’El día después’, ‘El tercer tiempo’ en Canal+, y espacios de debate futbolístico como 'Punto Pelota' o 'El Chiringuito de Jugones'. Su capacidad para abordar incluso las situaciones más polémicas con buen humor lo convirtió en una figura muy respetada por aficionados y profesionales del fútbol.
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y el Comité Técnico de Árbitros (CTA) lamentaron profundamente la pérdida del excolegiado, recordando su destacada trayectoria. Ramos Marcos dirigió tres finales de Copa del Rey, incluyendo las de 1987, 1988 y 1991.
El legado de Joaquín Ramos Marcos, tanto en los campos de fútbol como en los medios, queda grabado como un ejemplo de dedicación, pasión y profesionalidad hacia este deporte.