Cádiz
Sevilla
La Edad Media en Nervión, ateniéndose al término literal, fue el Barroco, con un Jorge Sampaoli empeñado en recargar demasiado el fútbol de una plantilla acobardada por la evidencia de que el pozo quemaba tan cerca que las piernas flojeaban al intentar elaborar en exceso. Una porfía en contra de todos que no podía salir bien. Cansó el argentino a los que le trajeron y a los que a ratos le defendieron en el vestuario, obrándose, con el parón internacional como coartada perfecta, un relevo que, lejos de ser involución, ha traído consigo el Renacimiento del Sevilla FC. No busquen brillo más allá del marcador (0-2) en la visita a un rival directísimo por la permanencia como el Cádiz CF, invicto en el Nuevo Mirandilla desde septiembre, pero que claudicó ante la pragmática y sobria pero efectiva puesta en escena de los vecinos, ordenados y convincentes. Lo sencillo frente a lo estrambótico. Un estreno ideal para José Luis Mendilibar.
De inicio, apretaron más y mejor los amarillos, que bien habrían podido ir por delante a los cinco minutos si desde la sala VOR hubieran avisado a Soto Grado de que la mano dentro del área de Pape Gueye era penalti o si el reverso de Sergi Guardiola no lo bloquea Gudelj a bocajarro. Pero no tardarían mucho los blanquirrojos en sacudirse la agresiva presión de su anfitrión y mostrar sus nuevas bases identitarias: cero riesgo atrás, solidaridad en el achique y juego directo, sencillo, con la elaboración justa para no ser previsible. Así, Bryan Gil la colgó para que En-Nesyri cabeceara ligeramente desviado, pero sorprendentemente libre de marca. El marroquí lo volvió a intentar antes del 10 con otro salto descomunal a la salida de un córner botado por Rakitic, pero Fali le estorbó lo justo.
Contra la sensación de equilibrio se rebelaba el Cádiz, que seguía haciendo daño por fuera, como en una doble intentona de Iván Alejo y Espino que no encontró rematador. Se notaba el trabajo táctico del de Zaldivar en la estrategia, ejecutada de manera discreta por los suyos cuando se alcanzaba el ecuador del primer tiempo, mientras que el principal debe nervionense aparecía a la hora de contener las transiciones tras robo de su oponente, que generaba una mayor sensación de peligro, aunque el 'Pacha' se tiró a la piscina descaradamente ante Joan Jordán en un buen servicio al segundo palo. Trató de imitarlo el Sevilla, pero Youssef y Ocampos, el argentino después de una pifia de David Gil, se precipitaron en el lanzamiento. Como Alcaraz en el libre directo que provocó Badé al jugarse el penalti en una colada de Sobrino rumbo al mano a mano con Dmitrovic.
Cumplida la media hora, Espino la perdió innecesariamente ante Lucas, cuyo centro fue enviado por Alejo a córner, una acción de nuevo con varios toques antes de que Gudelj no pudiera cabecear con limpieza, como tampoco a renglón seguido En-Nesyri en un pulso lleno de tensión con Luis Hernández. El cansancio parecía pasar más factura a los de Sergio González, lo que trató de aprovechar Pape Gueye a diez del intermedio con una recuperación alta mucho mejor que su zurdazo posterior desde la frontal, así como Jesús Navas con uno de sus bombardeos iniciales en busca del norteafricano. Quizás por su error anterior, David Gil no se complicó en un centro-chut a balón parado de Rakitic y prefirió abortar de puños. Se conformaban los amarillos en esta recta final con intentarlo a contragolpe, aunque se notó que el 'Pacha' centraba con su pierna mala en un centro demasiado largo para Sergi Guardiola. Fue lo último reseñable de un periodo inicial con alternativas, pero más táctico que vistoso.
La reanudación no pudo arrancar mejor para los de Mendilibar, que forzaron un doble córner para adelantarse en el marcador: la pone muy cerrada Jordán, el meta gaditano despeja en corto de puños y Ocampos fusila a la red, sin que Fali pueda evitarlo bajo palos. Tocó a rebato obviamente el Cádiz a partir de ese momento, pues no sólo perdía el partido, sino el 'goal-average' particular, con un rival directo, aunque reclamó un penalti de Pape Gueye mucho menos dudoso (le da en el pecho) que el del arranque del duelo. Tampoco hubo nada en el choque del área contraria entre Fali y Bryan Gil, amonestado por tirarse. Con sus primeros cambios, el anfitrión pisó claramente el acelerador y acarició el empate, sobre todo con un disparo del propio Fali que repelió la madera.
Al intercambio de golpes le faltaba precisión y seguramente fuelle. Jesús Navas metió la pierna 'in extremis' cuando Sergi Guardiola se preparaba para fusilar a Dmitrovic, una jugada clave, ya que, acto seguido, el nuevo técnico blanquirrojo disfrutaría más que nadie con el 0-2, pleno de fútbol directo y calidad: falta que cuelga al área Badé, Bryan Gil la deja de primeras y En-Nesyri no perdona en el mano a mano con su pierna menos buena. La sencillez hecha recompensa. Hasta las contras salían ya como la seda, aunque Lamela no pudo ampliar distancias en una gran cabalgada de Suso. Para evitar, incluso, incertidumbre, el meta serbio se interpuso entre Chris Ramos y el primero de los locales, con más corazón que cabeza en un epílogo sin alegrías para sus intereses. Hasta Óliver Torres (bien David Gil en el mano a mano) estuvo más cerca del 0-3 que el 'Choco' Lozano del 1-2 ya en pleno alargue.
FICHA TÉCNICA.-
Cádiz CF: David Gil; Raúl Parra (José Mari 80'), Luis Hernández, Fali, Espino; Iván Alejo (Bongonda 60'), Fede San Emeterio ('Choco' Lozano 80'), Alcaraz, Sobrino; Sergi Guardiola y Negredo (Chris Ramos 60').
Sevilla FC: Dmitrovic; Jesús Navas, Badé, Gudelj, Acuña (Alex Telles 86'); Joan Jordán, Pape Gueye; Ocampos (Óliver Torres 86'), Rakitic (Lamela 70'), Bryan Gil (Suso 76'); y En-Nesyri.
Árbitro: Soto Grado (riojano). Amarillas a los locales Iván Alejo, Sobrino y Raúl Parra, así como a los visitantes Badé, Ocampos, Bryan Gil y Pape Gueye.
Goles: 0-1 (51') Ocampos; 0-2 (74') En-Nesyri.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la jornada 27ª de LaLiga, disputado en el Estadio Nuevo Mirandilla de la capital gaditana ante 19.181 espectadores, con una nutrida presencia sevillista, menor por tratarse de un partido de Alto Riesgo.