Almería
R. Madrid
El Real Madrid ganó 1-3 al Almería y logró un solvente segundo triunfo en LaLiga EA Sports que le sitúa líder tras la segunda jornada, gracias a un doblete del inglés Jude Bellingham, imparable en ataque, y a un gol del brasileño Vinicius Junior que remontaron en la segunda mitad el tempranero tanto del exmadridista Sergio Arribas para un luchador conjunto andaluz, que nunca se rindió.
Tras el 1-1 al descanso con el tanto de Arribas, al culminar una magnífica contra en el minuto 3, y el primero de Bellingham, tras cazar un rechace en el 19, el inglés remontó para el Madrid con su tercer gol en esta Liga a la hora de juego, cuando cabeceó de espaldas a la portería un gran centro de Kroos ante la fallida salida de Maximiano, mientras que Vinicius hizo el 1-3 definitivo en el 73 con un remate sutil que se coló cerca de la escuadra tras tocar en el local Chumi.
No termina de convencer este Real Madrid, que pese a no seducir mantiene su pegada granítica. Eso le salvó en Almería ante un rival voluntarioso y solidario al que le faltó lo que le sobra a los de Ancelotti: el acierto. Pero el partido deja un nombre propio por encima de todo: Jude Bellingham. El británico evidencia una madurez insólita para un futbolista de su edad, a lo que suma un poderío goleador que se ha convertido en el salvavidas del equipo en este inicio de temporada. Tres goles en dos partidos confirman que la mutación del inglés de cisne a tiburón ya es un hecho. Mientras Florentino fantasea con Mbappé, Carletto se aferra a Bellingham.
Aterrizó el Madrid en el tórrido verano almeriense con Ancelotti matizando su once respecto a Bilbao, al colocar a Kroos de ancla en lugar de Camavinga. Mismo sistema, más control y menos despliegue. Y a los dos minutos el alemán quedó retratado evidenciando sus carencias en esa posición en una contra del Almería en la que un centro de Ramazani, desde la banda de Carvajal, fue cabeceado a gol por Sergio Arribas, cuña de la madera madridista, que se estrenaba como jugador local con ese cabezazo. El canterano blanco le ganaba la espalda a un Kroos que llegaba tarde a cerrar al centrocampista rival, con el consiguiente enfado de Ancelotti en el banquillo, con Modric sentado junto a él con cara de circunstancias.
Con el gol los de Vicente Moreno reafirmaron su planteamiento, recogerse atrás y sacar petróleo a la espalda de los laterales blancos tras las recuperaciones. El Madrid comenzó a atacar por ocupación con llegadas por fuera de Carvajal y de Fran García, y con Vinicius y Rodrygo asociadónse por dentro. En uno de esos despliegues apareció en el área Bellingham, que tiene un sexto sentido para leer los espacios, y terminó remachando a la red la jugada para empatar. Dos partidos, dos goles y la sensación de ser un privilegiado en la lectura de los partidos.
Hacía ancho el campo el Madrid y lo hacía largo el Almería. Y las ocasiones se acumulaban en las dos porterías (seis oportunidades locales por cinco visitantes en el primer asalto). No era el Real Madrid de Bilbao ni Almería era San Mamés. Lunin sacaba un par de manos destacadas y el Madrid hacía sudar a los almerienses. Un intercambio de golpes que suele desequilibrarse cuando el peso más pesado alcanza la mandíbula de su adversario. Y el Almería se fue a la lona en el descuento tras un zapatazo de Kroos que anuló de forma controvertida el VAR por una falta previa de Carvajal al pisar a un rival. Empate que premiaba el ida y vuelta de ambos con el calor pasando más factura a los de Carletto. No compareció el Madrid en el inicio de la segunda parte, que no tenía presencia en el mediocampo pese a poblar el campo de mediocampistas, y que no generaba ningún peligro arriba. Un equipo apático y desafinado que volvía a cuestionar la idoneidad del cambio de sistema y el rombo en la medular. Echaban de menos los de Ancelotti a un Camavinga que le cambia la actitud del equipo cuando está en el césped. Y a la hora de partido, con un escenario incómodo, Kroos regaló sin mucha fe un pase a la espalda de la zaga almeriense, donde apareció Bellingham para peinar la pelota y convertir una jugada tibia en gol tras un grosero error de Maximiano que se quedó a media salida. El Almería, a la lona de nuevo.
Perdida la fe tras encajar el segundo directo de los blancos, el Almería se desinfló y Ancelotti movió el banquillo. Modric suplió a Kroos y Camavinga metió más músculo en el mediocampo al entrar por Rodrygo. Sustituciones que fueron saludadas por la puntilla madridista en forma de gol de Vinicius, que marcó tras disparar y tocar la pelota en un rival. El Madrid certificaba un partido de esos que le dan pereza. Un encuentro laborioso y sin glamour de los que gana por pegada más que por juego. Se hablará mucho de Bellingham y poco de las dudas que sigue generando el nuevo dibujo táctico del Madrid, con síntomas inquietantes a la espalda de los laterales y cuando Modric o Kroos aparecen en el eje del mediocampo. Fran García debe cerrar mejor y Camavinga es incuestionable en un mediocampo en el que Tchouameni debe seguir elevando el listón. El viernes espera el Celta de Rafa Benítez a este equipo que con solo dos jornadas de Liga jugadas ya se reconoce como 'el Real Madrid de Bellingham'.
UD Almería: Luis Maximiano; Pubill (Pozo 68'), Edgar, Chumi, Akieme; Baba (Lázaro 91'), Robertone (Melero 68'); Ramazani (Koné 61'), Arribas (Arnau 91'), Embarba; Luis Suárez.
Real Madrid: Lunin; Carvajal, Rudiger, Alaba, Fran García; Tchouaméni, Valverde (Lucas Vázquez 90'), Kroos (Modric 71'); Bellingham (Joselu 80'); Rodrygo (Camavinga 71') y Vinícius Jr (Brahim 90').
Goles: 1-0, Arribas (2'); 1-1, Bellingham (18'); 1-2, Bellingham (60'); 1-3, Vinicius (73')
Árbitro: Sánchez Martínez. Amonestó a Chumi (59')-