Barcelona
Sevilla
No pudo ser, aunque, esta vez, sí anduvo cerca. El Sevilla FC rozó y hasta mereció puntuar en su visita al FC Barcelona, 'bestia negra' en los últimos 21 años en la Ciudad Condal, aunque, como predijo el entrenador vasco, es más accesible que otros años. Lo tutearon, tuvieron sus opciones en varias contras, pero un autogol de Sergio Ramos, notable antes y después de esa desafortunada acción, decantó la balanza del lado catalán. Un 1-0 parco para el espectáculo general que refuerza, pese a todo, la idea de que la recuperación es un hecho. Lo que ocurre es que los detalles siempre definen el signo ante clubes de semejante envergadura, si bien en esta ocasión fue 'fuego amigo' el que endiñó, utilizando la jerga de 'Mendi' en sala de prensa, a los hispalenses, que ven frenado su despegue desde la cola de la clasificación, si bien con matices suficientes como para ser optimistas.
De inicio, planteamientos opuestos de ambos equipos, con un anfitrión ultra ofensivo, sin pivote y con Gündogan y Gavi como teóricos mediocentros organizadores, más cuatro atacantes repartidos cerca del área rival, con Raphinha, Yamal, Joao Félix y Lewandowski buscando las cosquillas a la zaga nervionense. A ratos, el dibujo culé parecía un 1-4-3-3 con el brasileño como interior o el mencionado 1-4-4-2 en rombo. Por otra parte, Mendilibar prescindió de Rafa Mir y Mariano, sus únicos delanteros natos en la convocatoria, colocando a Lukébakio como 'falso 9', escoltado por Ocampos, Rakitic y Lamela, este último relevando arriba al '11'. Un par de lanzamientos sin demasiado peligro del belga iniciaron las hostilidades en blanquirrojo, mientras que Balde no conectó por poco con Lamine en el segundo palo, siendo el ex colchonero quien probaría por vez primera los reflejos abajo de Nyland, correspondiendo Ivan con Ter Stegen.
En el 19, Dodi y Ramos se estorbaron en posición franca a la hora de rematar una falta colgada por Rakitic, porque los nervionenses no sólo no parecían sometidos, sino que apretaban y salían con voracidad, como les pedía su entrenador. Quedaba la calidad individual, casi infinita en los azulgranas, para desequilibrar. Y casi lo consiguen dos minutos más tarde los de Xavi, merced a un slalom propio de un equilibrista de Cancelo para dejar a Joao Félix solo ante el portero, aunque su intento de vaselina rebotó en el larguero y botó en la línea antes de salirse. Un susto de verdad, comparable al penalti que pidieron cumplido el ecuador los catalanes tras una contra vertiginosa de Gündogan y Lewandowski que no terminó en mano a mano de Raphinha con Nyland por la intervención de Pedrosa, que le estorba, aunque sin derribarlo directamente. Ortiz Arias y Pizarro Gómez decretaron que no había nada punible.
Antes de la media hora, la polémica cambió de lado, aunque volvió a acertar aparentemente el colegiado, pues Gavi la saca bajo palos con el pecho o el estómago en el tiro a quemarropa de Ocampos, que se la encontró en una ubicación inmejorable. El intercambio de golpes era trepidante, pues se pasó de una acción personal de Yamal que atajó el meta noruego en colaboración con su zaga al intento sin ángulo de Lukébakio contra el cuerpo de Ter Stegen. A renglón seguido, el ex del Hertha de Berlín ve el desmarque de Lucas, a quien, por la aceleración, le falló el último control antes de encarar al alemán. En otra penetración similar, Raphinha se tuvo que marchar al lesionarse muscularmente por cambiar el pie de apoyo para rematar sobre la marcha. Entro Fermín, que a punto estuvo de repetir gol por segunda jornada consecutiva al sorprender entre los centrales sevillistas y darse bien la vuelta en el área chica, aunque su zurdazo no tuvo la fuerza ni la colocación suficientes.
Aparte de una falta cerrada de Rakitic a la que no llegaron por poco ni Ramos ni el belga, poco más deparó la parte inaugural, en la que el cómputo numérico ofrece los mismos guarismos (7-6 y 3-2 en disparos totales y a puerta) que las sensaciones: todo muy parejo. Y se demostró nada más arrancar la reanudación, cuando Juanlu sorprendió a la espalda de Balde para no elegir bien a la postre en su pase de la muerte, con hasta tres compañeros prestos para materializar la sorpresa. El ritmo no era tan frenético, un respiro común y un guiño para el aguante sevillista ante el tradicional goteo de llegadas culé. Pedrosa y Juanlu fastidiaron sendas acciones de Lewandowski como asistente y rematador en las que se acarició el 1-0, al tiempo que Gavi cabeceaba alto a bocajarro un córner puesto en juego por Gündogan. El recuento empezaba a ser más desigual, aunque Lukébakio intentó compensarlo con una media chilena a pase de Ocampos que no encontró su destino.
El último cuarto de partido se alcanzó sin que el sistema de contención de Mendilibar hubiese pasado apuros serios. Desde cerca se antojaba difícil sorprender a los blanquirrojos, por lo intentaba desde lejos. Gavi no atinó por bastante poco, mientras que Koundé hacía falta a continuación a Nyland en el salto antes de que Badé salvara en la línea de gol lo que terminaría anulándose. Entre tanto, ya de manera más esporádica, los visitantes diseñaban alguna contra malintencionada. En el 76, sin embargo, el infortunio condenó al Sevilla: Ferrán Torres descubre a Lamine Yamal en el segundo palo, sorprendiendo a Pedrosa y Acuña en pleno cambio de demarcación, y el cabezazo picado del hispano-marroquí propició que Sergio Ramos, en su intento de despeje, la introdujera en su propia portería. Tocó a rebato desde entonces el cuadro andaluz, ya sin nada que proteger y sí mucho que perder.
La entrada de Navas dio alas a los nervionenses, hasta el punto de que Koundé hubo de emplearse a fondo para evitar que su ex compañero conectara con Mariano en boca de gol. Ferrán y Lewandowski tuvieron ya en el alargue la sentencia, pero esta vez intervino con éxito el camero, como casi siempre durante la noche. No hubo tiempo para mucho más. Se repite la historia, que dicta que no hay premio gordo en las visitas al Barcelona desde 2002, aunque casi nunca estuvo tan cerca como en este 2023 que ahora enfila su epílogo sumar, lo que habría constituido un resultado más o menos justo y, sin duda, con todo merecimiento. La fortuna, en este caso, sonreía a quien más lo intentaba. Pero la dinámica blanquirroja es ya inequívocamente positiva, sin derrotas desde el parón de septiembre. Ahora, toca remontar el vuelo en la Champions League ante el PSV Eindhoven.
FICHA TÉCNICA.-
FC Barcelona: Ter Stegen; Joao Cancelo, Koundé, Christensen, Balde; Gündogan, Gavi; Lamine Yamal (Oriol Romeu 82'), Joao Félix (Ferrán Torres 72'), Raphinha (Fermín 37'); y Lewandowski.
Sevilla FC: Nyland; Juanlu (Jesús Navas 82'), Badé, Sergio Ramos, Pedrosa (Suso 82'); Joan Jordán, Sow (Fernando 66'); Ocampos, Rakitic, Lukébakio (Mariano 75'); y Lamela (Acuña 75').
Árbitro: Ortiz Arias (madrileño), con su paisano Pizarro Gómez en el VAR. Amarillas al local Joao Cancelo, así como a los visitantes Juanlu, Lamela y Badé.
Gol: 1-0 (76') Sergio Ramos, en propia puerta.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la jornada 8ª de LaLiga EA Sports, disputado en el Estadi Olímpic Lluís Companys de Montjuic (Barcelona) ante 41.116 espectadores, con presencia de aficionados blanquirrojos en las gradas. Sin representación sevillista en el palco de autoridades en señal de protesta por las últimas implicaciones judiciales del club catalán en el 'caso Negreira', así como tampoco asistieron los ejecutivos nervionenses a la tradicional comida entre directivas este viernes.