Athletic
Sevilla
No se esperaba demasiado del Sevilla en San Mamés y lo cierto es que cumplió las expectativas con la alfombra roja que le desplegó a un Athletic que no precisó demasiado entusiasmo para imponerse con relativa facilidad a un conjunto de Quique al que le han sobrado todas las jornadas desde que certificó la salvación. Tanto es así que habría regresado a casa con una goleada de no ser por el acierto de Nyland.
De hecho, el Athletic resolvió en solo dos minutos en la primera mitad con los tantos de los dos homenajeados y solo la relajación vizcaina permitió a los nervionenses maquillar las estadísticas con varias llegadas, si bien la peor noticia la protagonizó Navas al retirarse del campo lesionado al borde del descanso después de todo lo ocurrido en los dias previos. Lo que le faltaba a Quique para despedir su convulsa etapa en el Ramón Sánchez-Pizjuán.
En cuanto al partido, Quique sorprendió en el once con la entrada del canterano Manu Bueno en el centro del campo para relevar al sancionado Soumaré en detrimento de Joan Jordán. Por lo demás, el técnico optó por un equipo reconocible y repitió con Ocampos y Lukebakio como escoltas de En-Nesyri arriba.
Valverde, por su parte, cumplió con las expectativas y le otorgó a Raúl García y Muniain la posibilidad de despedirse de San Mamés, a la par que armó los extremos con los dos hermanos Williams.
Con estas fichas sobre la mesa, el Athletic trató de tomar el control del balón desde el principio y buscó la espalda de la defensa nervionense con pases filtrados, si bien los de Quique mantuvieron la línea y replicaron con salidas por banda tanto de Acuña como de Navas.
Sin embargo, existía un punto más de intensidad en los locales y un centro medido de De Marcos lo remató Raúl García a la red para anotar el 1-0 con Badé mirando. Marcaba uno de los mitos que se despedían de San Mamés y solo un minuto después hacía lo propio la otra leyenda Muniain para culminar un servicio de Nico Williams tras pérdida sevillista en la salida. 2-0. Dos goles en dos minutos. Reflejo de la pobre imagen hispalense en los últimos partidos, sin cohesión y continuas desconexiones.
Aun así, el Sevilla trató de reaccionar y Lukebakio pudo acortar distancias con un remate en posición franca a centro del de siempre, Jesús Navas. El propio belga intentó con una incursión en el área sin consecuencias, mientras que el palaciego lo intentaba una vez más tras la primera acción bien trenzada por los nervionenses.
Este momentum blanquirrojo con la connivencia de los Leones no resultó suficiente para meterse en el partido antes del descanso. Es más, Nyland salvó el 3-0 en un mano a mano con Nico Williams. Por si fuera poco, antes del pitido final, Jesús Navas se retiró por una lesión en la parte posterior del muslo. San Mamés lo ovacionó y entró Juanlu.
La segunda mitad arrancó con un cambio en el otro lateral, pues Pedrosa entró por Acuña y el catalán protagonizó una llegada muy clara nada más entrar tras una magnífica acción de Juanlu por la derecha. Su disparo se marchó fuera.
Un completo espejismo en clave sevillista, porque inmediatamente después el Athletic tomó el control a pesar de no acelerar el ritmo en demasía y Nico Williams se inventó un regate inverosimil para alargar la fiesta. Luego, Raúl remató arriba y Nyland le ganó la partida en dos ocasiones al propio Nico con intervenciones de mucho mérido. Entre medias, Agoumé probó fortuna con un remate esteril y la 'Catedral' se puso en pie para despedir a Iker Muniain, mientas que Ocampos dio la última señal de vida de los nervionenses.
Y es que en el feudo vizcaino se vivió una jornada festiva en la que contó con el invitado perfecto, un Sevilla que ha regresado a su peor versión tras la permanencia, como si fuera un objetivo digno, y que cuenta las horas para que acabe esta pesadilla.