Treinta y nueve años ha tenido que esperar Santi Cazorla para estrenarse en un derbi asturiano. Le ha tocado hacerlo en Segunda División, pero con un ambientazo de Primera. Sin embargo, tanto el principio como el final no han sido los soñados por el internacional español.
Precisamente uno de los alicientes que tenía el partido disputado ayer en El Molinón era precisamente ese, ver cómo, a la 'vejez', un canterano oviedista vivía su primer duelo de rivalidad máxima en tierras asturianas. Y pese a haber ganado dos Eurocopas y jugar numerosos partidos en la Champions League, este partido era muy especial para él. Al menos, así lo hizo saber en los días previos al envite, donde grabó numerosos reportajes y concedió distintas entrevistas para aumentar la ilusión entre los aficionados azulinos.
Y para verlo 'in situ' se 'colaron 1.150 aficionados ovetenses entre los 25.000 aficionados que se dieron cita el escenario gijonés.
Pero esta no comenzó como seguramente hubiese deseado Cazorla. Luis Carrión, que contaba con las bajas de Camarasa, Mario Hernández, Rodri Tarín, Álex Millán y Luismi, estos dos últimos ya en la fase final de sus respectivas recuperaciones, volvió a dejarle fuera del once inicial como ya viene siendo habitual. Eso sí, también le sacó en la recta final del encuentro (entró sustituyendo a Jimmy en el 72') para que intentara, al menos, igualar la contienda.
Y si frío fue su comienzo en el derbi, más lo fue su despedida, ya que no pudo evitar la derrota y vio cómo el colegiado le impedía ser protagonista en el 82'. Concretamente, en una falta de Varane sobre Paulino que González Esteban no consideró como penalti mientras en la sala VOR le aconsejaban que lo pitase. Pudo ser su momento de gloria, pero finalmente se impuso la decisión del árbitro vasco.
Tras el pitido final, Cazorla no dudó en dirigirse junto al resto del equipo hasta la zona en la que se encontraban los aficionados oviedistas para agradecerles su apoyo durante los noventa minutos y pedirles perdón por no haberles podido dar una alegría.
Por el momento y desde que ambos equipos se reencontrasen en el fútbol profesional en 2017, se han disputado 13 derbis: siete victorias para el Real Oviedo -tres de ellas en El Molinón-, cinco empates y, con la de ayer, dos victorias del Sporting.
Tras ausentarse en el derbi de la primera vuelta y ahora perder este, Santi ya tiene un motivo más para no colgar las botas esta temporada. Eso sí, también podría ser el primero y último derbi asturiano que dispute si el Sporting termina ascendiendo a Primera División y el conjunto ovetense no lo hace. Ahora mismo, cuatro puntos separan a ambos conjuntos y cualquier cosa es posible a falta de casi toda la segunda vuelta por disputarse.