Santi Cazorla es sin duda uno de los jugadores con mayor prestigio de la historia del fútbol español, donde ya no solo ha conseguido títulos durante su carrera, sino algo quizás más importante, que es el amor real por este deporte. Con recién 40 años cumplidos, el futbolista asturiano está disfrutando de una segunda juventud, donde su nueva etapa en Oviedo la está disfrutando como un niño pequeño a pesar de sus dolores. Fueron hasta 12 las operaciones a las que se tuvo que someter, peligrando en exceso su carrera deportiva desde 2016. Pese a ello ha sido un total ejemplo de superación y a día de hoy es pieza clave para Javi Calleja, donde en lo que llevamos de temporada ha disputado hasta 19 encuentros, siendo uno de los jugadores de la plantilla con más minutos. El jugador atendió a MARCA en una entrevista en la que destacó su momento actual y repasaría su trayectoria.
Para Cazorla, volver a su casa y poder rendir ha sido sin duda un regalo: "Es el sueño cumplido de aquel niño que se fue, tan joven, con 17 años. Desde que me fui de aquí siempre supe que quería volver. Al final era mi casa, era el club donde me crié, el equipo de mi infancia. Aquí tengo mis amigos, mi familia y creo que es el colofón perfecto a mi carrera deportiva: acabar en mi casa y ayudar a mi gente ¿Qué más se puede pedir?". Añadió el futbolista.
De hecho, el pasado 13 de diciembre fue su cumpleaños, a lo que tuvo previamente un regalo más que especial en A Malata, donde Santi tuvo la oportunidad de marcar su primer gol con la camiseta del Oviedo: "No sé si fue el mejor regalo que me pude echar en mi vida, pero sí de los mejores. Nada mejor que celebrar los 40 marcando mi primer gol con el Oviedo, con el club de mi infancia y, sobre todo, lo más importante, que sirviera para que el equipo ganara. Al final, siempre he dicho que por encima de los reconocimientos individuales está el colectivo, que es lo más importante". "Pensaba jugar en el Oviedo en algún momento de mi vida, pero está claro que con 40 años no me veía jugando al fútbol, porque es una edad que también te tienen que respetar un poco las lesiones. La verdad que me encuentro, a día de hoy muy bien, y en ese sentido nunca me imaginé estar jugando con 40 años en mi casa, en el Carlos Tartiere". Comentaba el jugador.
A pesar de todas las operaciones, Cazorla nunca ha perdido esa sonrisa que le caracteriza, destacando una gran fortaleza mental envidiable, a lo que apuntó: "Bueno, siempre he dicho y me han dicho los especialistas que soy un poco inconsciente en ese sentido, porque para mí la lesión era un esguince. Yo siempre me levantaba con una sonrisa, sabiendo que faltaba un día menos para hacer lo que más me gustaba, sabiendo que iba a encontrar esa solución que tardó mucho en llegar: más de años, pero que al final llegó. Siempre fui optimista. Siempre fui una persona que vi un poco el final del túnel y eso justamente es el ejemplo que querría dar a la gente que pasa por malos momentos. Intentar ver el lado positivo siempre yo creo que te ayuda a pasar el día a día más animado, cuando no lo estás pasando tan bien".
¿Y por qué Santi Cazorla quiso volver a calzarse unas botas de fútbol después de dos años prácticamente sin jugar por sus lesiones y operaciones? Hay un motivo muy especial: su hijo. Una de las cosas que más le marcaron fue esa frase que le dejó su hijo: "Una de las cosas que me marcaron cuando sufrí la lesión fue que mi hijo me dijo "Papá, quiero verte jugar al fútbol". Y esa frase se me quedó marcada. Él era un niño muy pequeño. Es un enfermo del fútbol, como lo soy yo. Y bueno, desde ese día, cuando me lo dijo, sólo tuve un objetivo, que era jugar por mi hijo. Así que orgulloso de que me viera jugar. comentaría el asturiano.
El hecho de que su hijo le haya insistido tanto ha sido un motivo más que obvio para que el experimentado futbolista volviera a su profesión, en la que recalcó que su hijo le presiona para que no se retire: "Mi hijo me sigue pidiendo que siga jugando. Él dice "un año más, un año más". Yo ya le digo "hijo, papá ya es un poco mayor para esto", pero la ilusión que tiene por verme jugar es algo que a mí me enorgullece como padre y bueno, en ese sentido ha sido muy importante para mi vida".
Santi Cazorla se ha vuelto un auténtico ejemplo para todos, donde la capacidad de superación ha sido clave para mantener la carrera que ha tenido en su vida, consiguiendo hitos inalcanzables y teniendo ahora una etapa más que feliz en el equipo de su vida.