Álvaro Palomo3 min lecturaAimar Oroz irrumpió con poderío la campaña pasada en Osasuna procedente del Promesas y no tardó en hacerse un sitio en los planes de Jagoba Arrasate. Ya había debutado de forma anecdótica el 19 de julio de 2020, pero fue en la 22/23 cuando empezó a cumplir todas las expectativas generadas por su meteórica progresión. Tanta confianza había depositada en el canterano que en junio de 2022 lo blindaron hasta 2026 con una cláusula de 28 millones.
Una cifra que, sin embargo, ahora se considera baja a tenor de su peso en el equipo en la campaña pasada y su total protagonismo en el actual, en el que ha arracnado como titular en todos los partidos a excepción de en la vuelta de la fase de clasificación de la Conference ante el Brujas.
En este sentido, en Osasuna consideran una prioridad blindar de nuevo a su joya con una cláusula más alta que aleje a los pretendientes o, al menos, le permita más margen a la hora de negociar un futuro traspaso. Para ello, el club inició las conversaciones con el futbolista el pasado verano y a día de hoy la negociación se encuentra muy encauzada, por lo que pronto se podría alcanzar un acuerdo definitivo.
Así lo aseguró el propio futbolista de 21 años, que confirmó que van camino de entenderse para firmar una nueva ampliación de contrato, con un incremento de la cláusula y, por supuesto, de sus emolumentos, más acordes con su protagonismo en el equipo rojillo. De hecho, Oroz no contempla otro escenario que no sea la renovación y garantizar su continuidad en El Sadar durante muchos años.
“La renovación va bien. No sé cuánto de cerca está exactamente, lo llevan mis agentes, pero vamos camino del acuerdo”, informó en Diario de Navarra el canterano sobre la negociación, dejando claro que su sitio actualmente es Osasuna y que no piensa en moverse. “Estoy muy a gusto aquí y estoy por la labor de continuar. Me siento valorado por el club y el cuerpo técnico. Eso es lo más importante”, indicó.
Esta renovación no responde a una urgencia por la expiración de su contrato, que se prolonga hasta 2026, sino a la necesidad de ajustar su contrato a su estatus en la plantilla y de camino subir una cláusula de rescisión que, a día de hoy, se antoja asequible para los clubes poderosos de Europa. Posiblemente, como suele ocurrir, este sea uno de los puntos en los que más tiempo se habrá empleado para determinarlo.