Si hay una coletilla que coincidan en repetir todos los que conocen a Raúl García de Haro es la que afirma que "a este chico se le caen los goles" y en el CA Osasuna, aunque acaba de llegar y aún tiene a cero su casillero anotador este curso, también opinan lo mismo y lo han demostrado con un detallazo unánime para darle apoyo anímico y confianza. Con sólo 20 años, el espigado ariete hizo 13 tantos en su estreno en la antigua Segunda B en la 20/21 con el Betis Deportivo, equipo con el que marcó otras seis dianas en la 21/22, ya en Primera RFEF, de donde dio el salto a Segunda proclamándose el mejor realizador de la historia del CD Mirandés en una misma campaña, con los 19 que celebró en la pasada 22/23 y que han justificado la apuesta que hizo el pasado verano el club navarro.
Cuando Raúl ya lo tenía hecho para marcharse al Deportivo Alavés, Braulio Vázquez se movió rápido y cerró un acuerdo entre CA Osasuna y el Real Betis por 6 millones de euros más 1,5 kilos en variables a cambio del 65 por ciento de los derechos del joven punta, al que han puesto una cláusula de rescisión de 50 millones de euros que ya habla a las claras del grado de confianza en su talento. Sin embargo, el inicio de esta 23/24 no está dejando buen sabor de boca al exverdiblanco, que ve desde el banquillo cómo un inspirado Ante Budimir le pone imposible el salto a la titularidad y le complica rascar minutos en esta primera experiencia en LaLiga EA Sports.
Para colmo de males, además de que su máximo competidor por el puesto del '9' rojillo está de dulce, a Raúl le sale todo torcido. Mientras el croata hizo un doblete ante el Granada CF, en el choque disputado el viernes que daba inicio a la jornada 10 en Primera división, el ex del Betis ahondó en su frustración al marcar por fin su primer gol con la camiseta de CA Osasuna, celebrarlo por todo lo alto y, unos segundos después, quedarse pasmado al ver cómo el VAR lo anulaba. El joven delantero -catalán de nacimiento, granadino de adopción- se lanzó muy bien para empujar con la punta de su bota un centro desde la izquierda. Su rostro, tras ver como el tanto no subía al marcador, era de abatimiento total.
La tristeza de Raúl García de Haro fue percibida por la grada de El Sadar, que un enorme ejercicio de empatía, comenzó a corear el nombre del '23' para darle ánimo y demostrarle que siguen confiando en él. El apoyo siguió incluso después del partido, con numerosos mensajes de aliento en redes sociales. Y no sólo fue cosa de la afición, sus compañeros también le arroparon. Las últimas semanas han sido duras para él, ya es uno de los efectivos menos utilizados por Jagoba Arrasate -la eliminación en la previa de la Conference League no le ha ayudado- y han salido noticias que especulan con una posible salida como cedido en el mercado invernal. Comienza a sentir la presión del delantero que ha sido fichado para aportar goles y que no marca.
Ya se sabe que un '9' sin goles es un jardín sin flores. Por eso, cuando marcó ante el Granada, todo el equipo corrió a abrazarle y felicitarle, consciente de lo mucho que necesita romper su sequía y estrenarse no sólo con Osasuna, sino también en LaLiga. Con el Betis sumó 5 partidos sin mojar, aunque entre todos ellos sólo sumó 19 minutos. Con el club pamplonica acumula 259' en ocho partidos, más otros 9' en competición continental, para un total de 268' de sequía.
Durante este último parón, Raúl García de Haro marcó un doblete en un amistoso ante el filial, trabaja bien a diario, ante el Granada jugó unos buenos minutos y tiene cualidades sobradas para triunfar. Le falta confianza y recordar la teoría del bote de ketchup que contaba Van Nistelrooy: "O no sale nada, o escapa todo de golpe". En Osasuna confían plenamente en él y con el detallazo del pasado viernes, está más claro que nunca.