El pasado 10 de agosto, tras el acuerdo alcanzado entre el Real Betis y el CA Osasuna para su traspaso, Raúl García de Haro recorría los 915 kilómetros que separan Sevilla y Pamplona. Este próximo domingo, casi tres meses después, el espigado delantero de 22 años recorre el camino inverso en busca del gol perdido, aún con su casillero realizador totalmente vacío y con un rol secundario en el cuadro rojillo, circunstancias que en las últimas semanas han hecho proliferar informaciones sobre una posible salida como cedido en el mercado invernal a pesar de que El Sadar le demostró la semana pasada que confía en él con un detallazo para subirle el ánimo al verle hundido después de que el árbitro le anulase su primer tanto con los navarros.
Entre todas esas noticias que apuntaban a un posible cambio de aires en enero, algunos medios han citado al propio Betis, que sufre la sequía de Borja Iglesias y de momento basa su pegada en la intermitente inspiración de Willian José, Ayoze Pérez y el joven Assane Diao (tres tantos cada uno). De momento, esas posibilidades sólo existen en el terreno de la especulación y la rumorología, por lo que su vuelta a casa de este fin de semana será sólo de visita, para saludar personas queridas y, si se pone a tiro, para estrenarse como goleador en un feudo conocido. De hecho, el pasado viernes ya celebró su diana (luego anulada) ante el Granada CF, el equipo de la tierra adoptiva de este catalán que creció en Guadix y que pasó por la cantera de la UD Almería antes de llegar a Heliópolis en edad Juvenil.
Raúl García de Haro ha participado en ocho de las diez jornadas de LaLiga EA Sports disputadas hasta la fecha y en un encuentro de la eliminatoria previa de la UEFA Conference League en la que Osasuna cayó eliminado a manos del Brujas belga. En total, el joven delantero suma 268 minutos sin ver portería en esta 2023/2024. Por eso, conscientes de que su fichaje fue una apuesta de futuro del club navarro -pagó 6 millones más 1,5 en variables por el 65 % de sus derechos y le puso una cláusula de rescisión de 50 millones-, la afición rojilla quiso animarle la semana pasada y casi todo el estadio al unísono comenzó a corear su nombre durante el transcurso del Osasuna-Granada y también al término del encuentro.
"Yo no me considero un delantero de área. Creo que puedo dar más cosas fuera, que me puedo asociar bien, que puedo ganar disputas. En área, pienso que me muevo bien y tengo intuición. Mi juego no se basa sólo en estar en el área", aseguraba el propio Raúl, en declaraciones en zona mixta, tratando de restar trascendencia a su sequía y recordando que intenta esforzarse al máximo y trabajar para aportar todo lo que pueda al juego de Osasuna, no sólo goles, que obviamente es la salsa del fútbol y la principal herramienta de trabajo de un delantero. Sabe que tiene gol, pues viene de ser segundo en el Trofeo Pichichi de Segunda división con 19 tantos, sólo tres por debajo de Myrto Uzuni (Granada).
"Hola betic@s, las despedidas siempre son difíciles, pero más aún cuando me despido del club de mi vida, el que me ha dado la oportunidad de llegar hasta aquí. Me llevo conmigo grandes momentos que no olvidaré jamás, el debut en Primera división en el Benito Villamarín delante de toda mi afición o la consecución del título de Copa del Rey. Pero, sobre todo, me voy con todo el cariño recibido por vosotros, gracias siempre afición. Gracias también a cada trabajador del club que hace que las cosas sean mucho más fáciles en el día a día. De corazón, seguiré siendo un bético más allá donde vaya. Os desearé siempre lo mejor. Muchas gracias", escribía Raúl en sus redes sociales, para despedirse del Betis el pasado verano.
Una vuelta a casa siempre es especial, más aún cuando es la primera, ya que el año pasado estuvo en el CD Mirandés, en la ahora llamada LaLiga Hypermotion, y no tuvo que enfrentarse al Betis; pero todos eso condicionantes aún le dan más literatura a este regreso al Benito Villamarín para enfrentarse a un Betis en el que jugó cinco partidos (con sólo 19 minutos en total) sin saber que el último de ellos sería muy premonitorio.
La última vez que Raúl García de Haro se puso la camiseta de las trece barras en partido oficial fue un 3 de abril de 2022, cuando Pellegrini le sacó al campo para jugar el último minuto de un duelo... ante CA Osasuna. El domingo vuelve al mismo estadio, para disputar el mismo encuentro, pero esta vez con la camiseta del equipo visitante y en busca del gol perdido.