José Antonio Rivero3 min lecturaEl de Qatar siempre será el Mundial de Messi. En su quinta y última participación en una Copa del Mundo, el rosarino se convirtió en el motor del reencuentro de Argentina con la cima del mundo, 36 años después del triunfo en México 1986, con Diego Armando Maradona como protagonista.
Messi recogió emocionado el trofeo como mejor futbolista de Qatar 2022, en el que relevó a Luka Modric, el ganador en Rusia 2018, en su despedida de los Mundiales, de los que se va también como el jugador con más partidos de la historia, con 26.
Tras dicho trofeo individual, el capitán de la 'Albiceleste' levantó al cielo de Lusail su gran sueño, la Copa del Mundo, el título con el que completa un palmarés histórico y al alcance de muy pocos elegidos.
Recibió la copa de manos del emir Tamim bin Hamad al Thani y de Gianni Infantino, presidente de la FIFA, encargados de salir al escenario instalado en el césped para la entrega de premios junto al presidente francés, Emmanuel Macron, los presidentes de la Conmebol y de la UEFA, Alejandro Domínguez y Aleksander Ceferin, y los de las federaciones, Claudio Tapia y Noel Le Graet. Como una de las curiosidades de la entrega de la Copa del Mundo, Al Thani puso sobre Messi una prenda de ropa qatarí que dejó una imagen para la posteridad.
'La Pulga' debutó con la absoluta de Argentina el 16 de junio de 2006 frente a Serbia y Montenegro. 4.568 días después, Messi cerró el círculo, el argentino puede dar por cerrada, si así lo quisiera, una carrera más que espectacular, sobrehumana.
El goleador más joven de Argentina en una Copa del Mundo, también el que debutó más pronto, cuando coincidieron ambas marcas a sus 18 años y 357 días frente a Serbia y Montenegro el 16 de junio de 2006. 172 partidos desde entonces. Nadie ha sido más veces titular (156) y nadie ha marcado más goles (98). Unos números, sumados a los conseguidos en Qatar, con 7 goles, con los que poder afirmar que Messi le ha dado un Mundial a Argentina.
En el primer Mundial tras el fallecimiento de Maradona, el destino quiso que Messi le sucediera. Los argentinos son muy dados a las cábalas, pero la narrativa de esta historia parecía estar de su lado. Sobre el césped, Maradona se reencarnó en más de una ocasión en Messi, que lució el carácter que dejó su ídolo siempre sobre el terreno de juego, y también fuera de él.