Durante las semanas previas al Mundial de Qatar 2022, seleccionadores y jugadores han repetido el mantra de “no hay rival pequeño”, y solo han hecho falta tres jornadas para que comience a cumplirse. Nadie, o muy pocos, apostaban por un pinchazo de Argentina frente a Arabia Saudí.
“No hay excusa”, afirmó la ‘Pulga’ tras el desastre. “Nunca me había pasado con este grupo un golpe tan duro. Nos desordenamos. Por algo pasan las cosas. Ahora, obviamente, hay que ganar o ganar”, analizó con pesar Leo Messi.
La grada argentina pasó de la euforia más absoluta a la tristeza, algo muy argentino. Y es que Argentina, país futbolero donde los haya, apuesta porque éste sea su Mundial, el Mundial de Leo Messi, y a las primeras de cambio ha visto cómo se desvanecía su sueño. Una tremenda decepción para un país que no perdía en un debut mundialista desde 1990, frente a Camerún.
El protagonista absoluto ha sido Salem Al-Dawsari, el ‘10’ de Arabia Saudí que ha hecho buena gala del número que lleva a su espalda. La estrella saudí estuvo seis meses en el Villarreal, en 2018. Al Dawsari llegó a disputar apenas 33 minutos en un encuentro, curiosamente, ante Real Madrid, y desde entonces se le perdió la pista. Por España pasó sin pena ni gloria, pero desde hoy ya es historia de los mundiales.
También tuvo guasa y miga la celebración de la afición saudí, que tiró de ingenio y del grito de Cristiano Ronaldo: “¡Siuuuu!”. Ellos ya se siente como si hubieran ganado la Copa del Mundo. En la redes sociales hay memes desde Maradona, indignado desde el cielo; pasando por la divertida comparación del seleccionador de Arabia Saudí, Hervé Renard con un personaje de Shrek, Cristiano Ronaldo en el VAR o un clásico de todos los desastres como Los Simpsons.
Leo Scaloni ya advirtió: “Los favoritos rara vez ganan un Mundial”.