La campeona del mundo sufrió, pero empezó el Mundial de Qatar 2022 con la misma contundencia que despidió el anterior. Australia no fue el convidado de piedra que se esperaba y durante casi media hora puso contra las cuerdas a su rival e hizo pensar que la sorpresa sufrida horas antes por Argentina se podía repetir. Entre Giroud, Rabiot y Mbappé lo evitaron, pero también un Griezmann al que sólo le faltó el gol, pero que cuajó un gran partido.
Francia sorprendió de inicio con su planteamiento. Se esperaba un total dominio galo ante un equipo australiano rocoso, fuerte defensivamente y por arriba y que trataría de cerrarle todos los espacios y evitar que la velocidad de Dembélé y Mbappé le hiciera daño. Sin embargo, Deschamps quiso esperar a los 'Socceroos', dio un paso atrás y les esperó en el centro del campo para tratar de destrozarles a la contra.
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Y aunque el equipo galo metió miedo en los dos primeros minutos, todo saltó por los aires, precisamente, por ese planteamiento. Australia, a los ocho minutos de juego, parecía confirmar que este martes era el día de las sorpresas. Un pase en largo desde su línea de medios lo cazó Leckie, que rompía a la defensa gala desde el costado derecho, centraba al segundo palo y Goodwin sólo tenía que empujarla para meter el miedo en el cuerpo.
Por si no fuera un palo a las intenciones galas, la jugada se saldaba con la lesión de Lucas Hernández, la enésima del combinado galo, que hacía temerse lo peor.
Francia tardó en reaccionar ante una Australia que se sentía cómoda en su papel defensivo. Los galos no podían llegar por fuera y, cuando lo hacían, se topaban con una muralla. Una línea defensiva que también hacía inútil los intentos para construir juego que tanto Dembélé, como Griezmann o Mbappé intentaban.
Entre el nerviosismo y a falta de claridad en su juego, Francia parecía una sombra de sí misma, mientras pasaban los minutos y esa incertidumbre se transformaba en errores que llevaban la zozobra entre la grada 'bleu'.
No obstante, con el paso de los minutos, la intensidad australiana disminuyó, el equipo oceánico dio un paso atrás y, a falta de buen juego galo, le permitió a los de Deschamps instalarse en campo contrario con ocho hombres.
Así, tarde o temprano, iban a encontrar algún rebote o cazar algún balón colgado para romper una muralla inaccesible hasta ese momento.
Su oportunidad llegó a los 27 minutos y Francia la aprovechó. Fue un centro lateral que pilló a la defensa rival saliendo y Rabiot, entrando desde atrás, remató solo por el centro y puso la igualada.
El gol dio un respiro a Francia, que esta vez no cometió el error del inicio y se fue a presionar la salida de Australia. Eso le permitió remontar cinco minutos después. Fue tras un robo de Rabiot, que tuvo una prolongación con un taconazo de Mbappé, un centro del propio jugador de la Juventus que Giroud sólo tuvo que empujar.
El partido, al fin, estaba donde quería una Francia que, a partir de ahí empezó a desarrollar su juego, a tener el balón y apabullar a una Australia que parecía entregada.
La sentencia pudo llegar al borde del descanso, en un balón en largo que Griezmann amortiguó, centró y Mbappé, a portería vacía, no encontró portería.
Si bien no llegó ahí, el tanto definitivo parecía una cuestión de tiempo. Sin embargo, todo pudo cambiar en la prolongación, cuando Australia volvió a aparecer de forma esporádica para meter un centro que acabó en cabezazo de Irvine y, con Lloris haciendo la estatua, el balón acababa en el palo.
Francia aclaró las ideas en el descanso y, aunque Australia trató de dar continuidad de inicio a ese final, se encontró con un equipo galo que no le dio opción. Aún tardaría en sentenciar, pero bien pudo hacerlo mucho antes. El equipo de Deschamps ya no dio opción a los 'Socceroos', que sufrían para frenar las acometidas rivales.
Giroud rozó el gol del campeonato; Mbappé casi culmina una gran jugada, en la que tuvo la colaboración del '9' del AC Milan... hasta que, en el 68' se acabó la incertidumbre.
Fue una larga jugada en la que Mbappé, primero, remató muy mal, pero el balón llegó a Dembélé, que la puso en el centro del área, en la cabeza del delantero del PSG, que remató y el balón acabó en la red de un Ryan que no pudo hacer nada.
Con la sentencia cumplida y los Socceroos muy tocados, Giroud pasó a la historia con su gol 51, que le iguala a Henry como máximo anotador de la selección francesa en toda la historia.
Aún quedaba algo más de un cuarto de hora, pero poco más ocurrió. Se pudo ver el debut del cadista Mabil, la entrada del exsevillista Koundé y la ovación que Giroud, el héroe de la noche, recibió en su salida del campo.
Francia: Lloris; Pavard (Koundé 89'), Konaté, Upamecano, Lucas Hernández (Theo 11'); Tchouameni (Fofaná 77'), Rabiot; Dembélé (Coman 77'), Griezmann, Mbappé y Giroud (Thuram 89').
Australia: Ryan; Atkinson (DEgenel 85'), Souttar, Rowles, Behich; Irvine (Baccus 85'), Mooy, McGree (Awel Mabil 74'); Goodwin (Kuol 74'), Duke (Cummings 56') y Leckie.
Goles: 0-1 (8') Goodwin; 1-1 (27') Rabiot; 2-1 (32') Giroud; 3-1 (68') Mbappé; 4-1 (71') Giroud.
Árbitro: Victor Gomes (South Africa). Amonestó a los australianos Duke, Irvine y Mooy.
Incidencias: Partido jugado en el Al Janoub Stadium ante 40.875 espectadores.