Castigos a la carta en el Mundial de Qatar 2022

El Mundial de Qatar 2022 no es un torneo deportivo normal y corriente. Desde la construcción de los estadios, donde han perdido la vida más de 6.500 trabajadores; pasando por la contratación de personas para que hagan las veces aficionados de los diferentes países; la concentración durante seis meses de la selección qatarí; la 'espantá' del público local en el partido inaugural; la prohibición de tomar cerveza o los ‘borrachódromos’ para que aquellos que se pasen de copas (si es que encuentran alcohol) no deambulen por la ciudad.

Pues a todo ello se suman los castigos a la carta. No se trata de ninguna broma. La controvertida situación se produjo cuando, en pleno directo desde Doha robaron a la periodista argentina Dominique Metzger mientras cubría el Mundial de Qatar 2022.

Cuando se dirigió a la policía, los agentes qataríes le preguntaron cómo quería que castigasen al ladrón: “¿Qué quieres que haga la Justicia? Los vamos a encontrar”, le aseguraron los policías, que la invitaron a que decidiese entre “5 años de cárcel, deportación…”.

La corresponsal de ‘Todo Noticias’ compartió la rocambolesca aventura por redes sociales, donde escribió su “experiencia en Qatar”: “Me acaban de robar la billetera cuando estábamos haciendo una retransmisión en vivo. Estoy en la comisaría y me mandaron para acá a denunciar porque me garantizan que todo está vigilado y que van a encontrar la billetera que tenía mis documentos, dinero, tarjetas, que obviamente es lo que más me preocupa”. Como ella misma apuntó sufrió “un hurto, no fue nada violento”.

“No me di cuenta cuando me estaban robando. En un momento estábamos bailando y quizás fue allí”, explicó la propia periodista, para la que lo más llamativo de todo fue cuando le preguntaron qué castigo quería que le aplicaran al ladrón.

Los policías estaban convencidos de que lo iban a encontrar, dado que en Qatar hay cámaras de vigilancia, de alta definición, instaladas por todo el país. La perplejidad de Dominique fue tal, que por un momento pensó que no estaba entendiendo a sus interlocutores, que no podían estar preguntándole eso: “Pensé que había entendido mal la traducción, pero no fue así. Los agentes insistían en preguntarme la pena que quería que le aplicaran al autor del robo, que yo la podía decidir”.

Para la periodista, que no aceptó la propuesta ni asumió un papel que le corresponde a la Justicia, aseguró que lo más importante era que “aparecieran” sus cosas: “Yo no quería ponerme en el lugar de la Justicia. Se me puso la piel de gallina, porque me pareció muy fuerte”.

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