La isla de Mallorca es testigo de aguas turbulentas en el mundo del fútbol. El RCD Mallorca, un equipo que al final del curso pasado soñó con entrar en competición europea, se encuentra inmerso en una crisis deportiva que ha llevado a su entrenador, Javier Aguirre, a ser el blanco de las críticas y señalamientos más fuertes. La derrota abrumadora por 5-3 ante el Girona marcó un punto de inflexión en esta temporada para el olvido.
La situación es preocupante para el Mallorca, con solo una victoria, dos empates y tres derrotas en su haber hasta ahora, lo que lo coloca peligrosamente cerca de la zona de descenso en la tabla. Esta caída en el rendimiento ha desencadenado un malestar generalizado en la afición, el cual ha llegado hasta el vestuario, lo que contrasta con la esperanza que se tenía para esta temporada, especialmente después de una inversión significativa en fichajes de renombre como Darder, Larin y Morlanes.
La derrota en Girona fue un duro golpe para el equipo bermellón, especialmente por la forma en que ocurrió. Comenzar el partido ganando 0-1 y luego irse al descanso con un humillante 4-1 en contra es una experiencia que nadie en la isla querrá recordar. Esta derrota se une a otros momentos oscuros en la historia reciente del Mallorca, como la derrota por 2-6 ante el Granada en 2022, aunque en esa ocasión sirvió como un despertar y les ayudó a evitar el descenso, una reacción que parece complicada en este momento.
El descontento se ha centrado en Javier Aguirre, a quien algunos culpan por la falta de innovación y adaptación táctica. Incluso el propio entrenador mexicano asumió la responsabilidad en Montilivi por el mal desempeño del equipo. En la rueda de prensa posterior al partido contra el Girona, Aguirre declaró: "Me equivoqué en todo; en la táctica, en la organización de mis jugadores y en nuestra actuación en general. Asumo toda la responsabilidad, soy el principal culpable".
La situación no se presenta nada fácil para el Mallorca, ya que se enfrentarán al Barcelona en su próximo partido. Este enfrentamiento refleja una marcada diferencia en el estado de ánimo y el rendimiento de ambos equipos. El Barcelona llega con un gran inicio de temporada y una remontada emocionante contra el Celta de Vigo, mientras que en Mallorca se respira un ambiente de pesimismo, agravado por el recuerdo de 11 derrotas consecutivas ante el equipo catalán.