Mario Míjenz5 min lecturaCon el paso del tiempo, la famosa empresa de bebidas energéticas se ha convertido en una referencia de nivel deportivo. Tanto en deportes en deportes de riesgo o menos conocidos, como pueden ser pilotos de aviones acrobáticos, BMX o breakdance, como en otros deportes de mayor influencia como la Formula 1 o Moto GP, donde tuvo éxitos rotundos con los mundiales de Sebastian Vettel o el patrocinio de Marc Márquez. No obstante, no es hasta el año 2005 cuando Dietrich Mateschitz, pese a sus muchas negativas por el deporte rey, desemboca en el fútbol de la mano de Franz Beckenbauer.
En esos primeros años de Red Bull en el fútbol comenzaron en el país de la propia entidad, Austria, en su llegada al actual y gran club europeo Austria Salzburgo, renombrado al conocido Red Bull Salzburgo. El club, tras la llegada de la empresa de bebidas energéticas, adoptó los colores de la empresa, el nombre y por supuesto el logo, siendo el principal reflejo de la marca a nivel deportivo. A diferencia de otros grandes grupos de fútbol, como puede ser el City Group del Manchester City, los austríacos no destacan por gastar cantidades millonarias excesivas en jugadores, si no en apostar por ellos y tener una de las grandes factorías de jugadores jóvenes a nivel mundial. El simple caso de Erling Halland cuando llega de Noruega a Salzburg, Timo Werner, Patson Daka, Karim Adeyemi o la estrella húngara emergente, Dominik Szoboszlai.
No obstante, tras aterrizar en Salzburgo y empezar a ganar títulos nacionales en Austria, la factoría quiso ampliar fronteras. Rápidamente cruzó el charco para llegar a Nueva York y formar el New York Red Bull que destacó por tener a Thierry Henry en sus últimos años en la MLS. Sin embargo, la idea de Dietrich Mateschitz era dar el salto a una de las grandes ligas europeas, poniendo el foco en la Bundesliga alemana. Aunque, en sus intentos por comprar un club alemán, se chocaron con a la federación alemana de fútbol que les puso muchas trabas para comprar un equipo histórico como el Fortuna Dusseldorf o el St. Pauli de Hamburgo.
Entre los tiras y aflojas de Dietrich Mateschitz en Alemania, surgió la opción de aterrizar en LaLiga Santander en la temporada 2008 comprando el RCD Mallorca. El objetivo de la multinacional alemana no era otra que instalarse en la UEFA Champions League, mayor competición de clubes a nivel mundial, y España o Alemania eran lugares idóneos para ello. El propio Franz Beckenbauer dejó clara la posibilidad: “Entiendo que Mateschitz quiera comprar el Mallorca porque le será más fácil conseguir jugar la Champions”. Esa sencillez de la que hablaba el empresario austríaco se debe a la cantidad de plazas que se otorgan a la RFEF a diferencia del campeón de Austria, que debe pasar la fase previa para acceder a la fase de grupos. El mismo Franz fue claro con la situación de llegar al club bermellón: “Comprar el Mallorca supone una gran oportunidad para llamar la atención y posicionar la marca Red Bull en la mejor liga del mundo. La decisión la debe tomar Dietrich y nadie más. Si él lo ve con buenos ojos, ¿por qué no hacerlo?”.
Finalmente, el presidente, por aquel entonces, de la entidad, Vicenç Grande no tomó en serio dicha propuesta, vendiendo el club al británico Paul Davidson y avocando al futuro del RCD Mallorca a la Segunda División B. La oportunidad de ser uno de los grandes clubes europeo estuvo ahí, clara es la referencia del RB Leipzig, club donde finalmente se afianzaron, siendo campeón de la Copa de Alemania y entrando en la fase de grupos de la UEFA Champions League de forma más que habitual.