José Antonio Rivero4 min lecturaEl Málaga CF tiene una final anticipada, otra más, este domingo, a las 18:30 horas, en el Estadio de La Rosaleda. El partido ante el Lugo se antoja como un punto de inflexión para el equipo, que necesita ganar como sea, y así lo remarcó Pepe Mel en la rueda de prensa previa al encuentro.
"Nuestra situación la marca el hecho de que en la jornada 10 haya que jugar un partido vital. Eso significa que has hecho las cosas mal. Me quedo con la sensación de los chicos, en el viaje de Madrid a Málaga, en el AVE, me dijeron todos lo mismo, las ganas que tenían de que llegara el siguiente partido. Ellos saben que lo pueden revertir. Estamos en una situación en la que no podemos fallar mucho", explicó Mel.
Preguntado sobre su poco tiempo en el banquillo del Málaga y la delicada situación, deportiva e institucional, que atraviesa el club, Mel hizo el siguiente balance. "No sé si recordáis una de las frases que dije cuando llegué, que es que vengo de bombero. La situación no es agradable, ni las pintadas… La afición, cuando vea lo más mínimo, va a responder. Exigen ese mínimo, tienes la historia suficiente y el bagaje par dar esas prestaciones. No me esperaba que en un mes íbamos a solucionar la papeleta. Han pasado tres partidos, veo que el equipo mejora en muchas cosas, pero no es suficiente, porque eso es puntuar de tres. Ni palabras bonitas, ni promesas, ni nada. Ojalá juguemos horrorosamente mal y ganemos 1-0".
Tras el partido ante el Leganés, Pepe Mel ejerció de 'bombero' intentando apagar el fuego que los aficionados desplazados a Butarque sintieron después de la derrota. "Nosotros trabajamos por el Málaga y para el aficionado. Nuestro trabajo no tiene sentido si no es para nuestra propia gente y les estamos fallando. Entiendo que la gente se da un viaje y hace un esfuerzo económico y físico por estar allí y esperaba otra cosa. Les quise hacer ver que los primeros desilusionados somos nosotros. El Málaga está representado por 11 futbolistas y si los 11 tienen calma y serenidad, harán mejor la toma decisión que si están nerviosos o no se sienten arropados. Mi obsesión es darle toda la tranquilidad posible. Les quise explicar eso, que al final al Lugo le puede ganar los futbolistas que estén en el campo. Sé que es complicado, y entiendo que la gente esté muy desilusionada, pero les pido un poco de comprensión, sobre todo en los 90 minutos del partido y que ya luego se expresen como crean que tienen que hacerlo", apuntó el madrileño sobre el tema.
El estado anímico es uno de los mayores males del club, algo que recalcó Mel. "Entramos en el descanso con la sensación de tener el partido controlado, que dominábamos nosotros, y teníamos que ir a ganar en la segunda mitad. Y tienen la sensación de que a la primera que se equivocan, con ese minuto estrafalario (el cambio de Escassi, Manolo Reina con molestias...), les cuesta un mundo todo ya. Es la sensación que teníamos todos, hemos intentado ver las cosas que internamente sabemos que nos hacen perder los partidos. Al pan, pan y al vino, vino. No soy de disfrazar las verdades, tenemos que mejorar en lo táctico, en lo técnico y en lo emocional", concluyó.