Antonio José Medina5 min lecturaSergio Pellicer no hacía grandes cambios con respecto al once que esperaba dadas las bajas que tiene el Málaga, sobre todo en el centro del campo. La gran novedad llegaba arriba. Si en Gijón apostó por Fran Sol en lugar de Rubén Castro, en su segundo partido jugó con los dos atancantes desde el arranque. No le salió la jugada como esperaba.
Tras el descanso trató de refrescar un ataque que estaba muy trabado con la entrada de Fran Villalba y Loren Zúñiga, pero se encontró al minuto con el gol de Manu Vallejo y la roja a Esteban Burgos. A partir de ahí movió el equipo para fortalecer el centro del campo, evitar la expulsión de Javi Jiménez y lograr la machada. no fue suficiente.
Si hubiera sacado también el gol, directamente tendrían que haberle hecho una estatua. Partizado del meta malaguista, que paró los disparos de Borja Bastón, de Viti, de Sergi Enrich... pero no bastó.
Flojo partido en ataque del carrilero malaguista, muy impreciso en las enteegas. Mejor atrás.
Buen en la salida de balón y en los balones por arriba, se vio desbordado en la segunda parte tras la expulsión de Burgos, pero al menos, su equipo no encajó más goles.
Bien, serio, sin problemas por arriba para frenar al Oviedo... hasta que llegó la jugada del gol y perdió los papeles. Acabó dejando a su equipo con uno menos.
Se jugó la expulsión poco después de que Burgos la viera. Contundente en defensa, acabó siendo sustituido para evitar males mayores.
Fue la otra nota positiva de un mal partido de Málaga. En la primera parte, volvió loca con sus regates a la defensa rival, aunque esa ventaja no fue aprovechada por sus compañeros.
El capitá es todo pundonor y fe, aunque a vecez le falta tranquilidad. Se aventuró, incluso, al ataque, pero su disparo a puerta se fue muy arriba.
De más a menos. Sus entradas iniciales por la izquierda lograban llegar hasta línea de fondo, pero siempre estuvo muy bien tapado y apenas logró crear ventajas.
Gran despliegue del sevillano, que fue de más a menos conforme fue pasando el partido.
Tuvo la mejor ocasión del Málaga en todo el partido, aunque tampoco es fuera una oportunidad clarísima. Era el que parecía tenerlo más claro y tuvo que bajar para empezar muchas veces las jugadas de ataque, alejándose de donde de verdad es peligroso.
Toques de calidad y poco más. El ex del Dinamo Kiev se fue apagando conforme pasaban los minutos. No fue un buen complemento para Rubén Castro.
Nada más entrar su equipo encajó el gol y Burgos vio la roja. Le tocó bailar con la más fea y, al menos, no desentonó.
Se fabricó una gran ocasión, tal vez la mejor del Málaga en la segunda mitad, pero acabó topándose con la defensa.
El joven mediocentro granadino salió para dar un nuevo aire al centro del campo cuando su equipo peor estaba y, al menos, ayudó con sus ganas a crear peligro en los últimos compases.
Apareció nada más entrar para romper por la izquierda y poner un balón pelogroso. Pocas más opciones tuvo, pero siguió intentándolo.
Jugó los últimos minutos, en los que el Málaga lo intentó a la desesperada, pero sin mucha participación.