¿Hacen falta más refuerzos? Es la pregunta que se hace el malaguismo. Basta con doce caras nuevas o aún necesita el equipo alguna incorporación más. Analizando la plantilla y los fichajes realizados hasta el momento, la respuesta sería clara, "no, no hacen falta más". Sin embargo bien pudiera cambiar la contestación si nos atenemos a lo visto en pretemporada y, sobre todo, en temporada regular.
La imagen, los síntomas, el sentido táctico, dictan mucho del verdadero potencial que tiene la plantilla. Jugadores contrastados que lideraron a sus antiguos equipos. Véase Rubén Castro y Álex Gallar en el Cartagena, Bustinza en el Leganés, Fran Villalba en el Sporting de Gijón o Manolo Reina en el Mallorca... Una serie de jugadores con calidad y experiencia para hablar sin miedos -como ellos mismos hicieron- de ascender a Primera División.
Es curioso, el fútbol es tan feroz que aterra, pero ya asaltan las dudas en la segunda jornada de liga. Con toda la competición por delante. Esta intranquilidad llega por lo visto en el terreno de juego: jugadores que no están en su puesto adecuado, conceptos que no terminan de automatizarse, un sinsentido táctico visible. Todo ello se palpa en el Málaga. Así lo demuestran los encuentros contra Burgos y Las Palmas.
Queda mucho por mejorar, aunque la paciencia tiene un límite, a veces más temprana y otras más tardía en el tiempo. Esta, desde luego que tiene una fecha de caducidad pronta, pues los resultados liberan o sentencian. Por ello ganar es la única vía de escape. ¿Y cómo se llega hasta ahí?
¿Es cuestión del sistema de juego? La respuesta es compleja. El Málaga utilizó dos esquemas distintos. En la primera jornada, en línea de cinco; en la segunda, línea de cuatro. Ninguna dio sus frutos. Ambas mostraron debilidad defensiva y poca mordiente ofensiva. A una semana de mercado, a pesar de que para Pablo Guede está cerrada la plantilla, la pregunta tiene su tiempo de análisis.
Un lateral derecho, un extremo con desborde y un delantero más son las posiciones que más denota necesidad el conjunto blanquiazul. De hecho la radiografía la dio Guede con la entrada de Ramalho al lateral diestro aun no siendo su posición natural. También en ese jugador que encara, regatea y supera defensores. Esa figura letal que revoluciona partidos. Lo tenía en mente Manolo Gaspar con nombres como Lago Junior o Jérémie Bela, pero no llegaron a la Costa del Sol.
Es cuestión de reforzar más y mejor al equipo o de colocar a cada jugador en su puesto natural y bajo un sistema adecuado a sus características. Nadie más que Pablo Guede, con la ayuda de la dirección deportiva acudiendo al mercado si lo estipula conveniente, tiene la llave para sacar la mejor versión de una plantilla repleta de talento. Por nombres es de los mejores equipos de la categoría. A falta de... ¿Mejorarlo más? La siguiente respuesta podría estar este próximo domingo en Anduva o antes del cierre de mercado pues una derrota contra el Mirandés haría tambalear los 'cimientos del estadio'.