La temporada del Málaga no ha comenzado como se preveía. Más bien todo lo contrario. Dos derrotas cuenta los blanquiazules en los dos encuentros disputados hasta la fecha. La última escoció y dolió en exceso después de que la Unión Deportiva Las Palmas le endosase un 0-4 en el estadio La Rosaleda ante poco menos de 22.000 espectadores. El mazazo fue tremendo.
Por el resultado, sí, pero sobre todo por el nefasto orden táctico, la falta de ideas y argumentos sumado a una escasa productividad ofensiva. Síntomas de un equipo mal trabajado al cual le faltan muchos conceptos por aprender para parecerse a lo que se pretendía y pretende, un equipo que pelee con los de arriba por el ascenso a Primera División.
Irá con presión añadida de cambiar radicalmente la imagen y dinámica a la tercera jornada. En Anduva contra el Mirandés. Un estadio que no guarda buenos recuerdos el Málaga. Tampoco Natxo González, que debutó como entrenador la pasada campaña con una derrota significativa, 3-0.
A este le siguió Pablo Guede, señalado hoy por parte de la afición como culpable del rendimiento del cuadro blanquiazul. Tendrá una reválida importante este próximo sábado a partir de las 19:30 horas. Ganar o ganar. No hay más.