Óscar Murillo3 min lecturaLas malas lenguas dicen que Salustiano García y, por extensión, quien le contrata (el Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla) sabían perfectamente que el cartel para la Semana Santa 2024 en la capital hispalense iba a tener la repercusión que ha tenido. De todas formas, seguramente se les haya ido, de haberlo pretendido, un poco de las manos. No ha habido medio de comunicación, no ya local sino nacional, que no haya analizado a conciencia la intención del artista, que tomó a su hijo como modelo para representar, según sus propias declaraciones, "la pureza de la Resurrección de Cristo", aunque ha recibido descalificaciones, demandas y una recogida de firmas para su retirada. El villaverdero, que regaló la obra a la ciudad y conserva su titularidad al haber renunciado a los 3.000 euros de la remuneración oficial, ha visto cómo se tachaba a la reproducción de blasfema, dado que el protagonista tiene un gesto afeminado e indecoroso.
Desde que se hiciera público el cartel, aparte de las mencionadas entrevistas al pintor, las redes se han inundado de memes, versiones con más o menos gusto o acierto en las que la cara o todo el cuerpo del hijo de Salustiano eran sustituidos por los del político de Podemos Pablo Echenique, el presentador de TV Pablo Motos o el cantante y deejay Kiko Rivera. Pero ha sido el CD Leganés, acostumbrado a llamar la atención con sus anuncios de partidos, el último en acaparar comentarios de los internautas, la mayoría negativos, por su adaptación del cartel cofrade. En ella, con la coartada del duelo de este sábado (18:30 horas) frente al Real Valladolid en Butarque, Jesucristo es sustituido por un fan 'pepinero', con su escudo tatuado en el pecho y, por única ropa, una túnica enrollada a la cintura y sujeta por un cíngulo que apenas le tapa sus partes nobles. Con el 'hashtag' #TemporadaSanta y el comentario 'Para cartel jugoso, el del #LeganésRealValladolid', sólo era cuestión de tiempo.
Entre algún halago y enhorabuena (por ejemplo, de la vecina AD Alcorcón), sobresalían los insultos y las amenazas, varios muy graves. Se preguntaba un alto porcentaje de los que interactuaban con el mensaje del cartel pidiendo a sus autores que alguna vez se atrevieran con la religión islámica y sus imágenes, algunos, directamente, deseaban la muerte a los responsables o señalan públicamente direcciones o nombres de los creativos del departamento 'pepinero'. Otros se limitaban a pedir la desaparición del Leganés, su descenso o, paradójicamente, un ascenso a Primera para que el Real Madrid les meta cinco. Presuntos abonados que se sienten "avergonzados" por la recreación de un cartel que, sin duda, sigue dando que hablar.
