Alvaro Arenillas4 min lecturaPaco López acabó realmente enfadado el partido que enfrentaba a su Granada CF con el Deportivo Alavés. El técnico de los andaluces cree que hicieron méritos para sacar más que el empate a uno final, en el cual cree que tuvo mucha culpa un árbitro (en este caso Caparrós Hernández, del comité valenciano) que se dejó influenciar por la presión de los jugadores locales.
"La expulsión es determinante en un partido tan igualado con dos equipos que pelean por el ascenso. No me voy a la expulsión sólo, es que hay veces que hay faltitas a favor y en contra y te merma. En el descanso ya tenía una mala intuición, porque he visto que cuando ha terminado el primer tiempo una serie de jugadores del Alavés han ido a decirle de todo, y somos humanos, y por como nos protestaban parecía que nos daba algo. Incoscientemente, seguramente ha pasado factura y no me he equivocado en mis pensamientos. Nos quedamos con la actitud y la gente que se ha pegado un palizón, mi obesesión era que se fueran orgullosos y creo que lo hemos conseguido", comenta.
En cuanto al rendimiento de sus chicos y cómo estaban tras un empate que puede hacerles perder la segunda plaza de LaLiga Smartbank en favor de UD Las Palmas o Levante UD, el preparador señala que lo que peor les ha sentado es que no sintiesen imparcialidad por parte del árbitro.
"El vestuario está tocado, no por el juego ni la imagen ni la lucha, pero creen que han sido injsutamente tratados hoy en el campo. Yo como entrenador estoy orgulloso del partido de hoy, el primer tiempo se ha disputado con personalidad y en el segundo ha sido más complicado. Nos quedamos con la entrega, pelea y haber intentado ir a por el partido hasta el final. Sensación agridulce porque el equipo ha merecido más", admite.
En cualquier caso, Paco López deja claro que no era un envite sencillo para ninguno de los equipos, ya que a estas alturas de campaña, y con la igualdad que hay por arriba, la presión se nota constantemente.
"Es difícil gestionar una situación así. Hay dos clubes que se juegan mucho y eso se traslada al campo. Todos queremos ganar y hay veces que nos equivocamos, también desde el banquillo, y no ayudamos. Era fundamental que el equipo que tuviera más tranquilidad, por eso decidimos ir con jugadores de buen pie y arriesgar ahí. Queríamos intentar sumar pases para bajar el ímpetu. Las emociones a veces son incontrolables", expresa.
Por último, el míster habló sobre el hecho de que el punto les valga para ganar el goal average particular al Alavés, algo que puede terminar siendo crucial.
"A medida que pasan las horas, y ya en frío, estas toman alguna diferencia, pero es que los dos queríamos ganar porque sabíamos que era un paso muy importante. En nuestro caso, una victoria nos daba un porcentaje muy alto de ascenso directo", sentencia.