El Granada se encuentra en uno de sus mejores momentos, por lo que a tan poco de llegar a la puerta que abre el camino directo hacia la Primera División, el conjunto no debe relajarse lo más mínimo. En un momento tan decisivo como en el que se encuentra el conjunto nazarí, demostrar el talento y carácter de los jugadores es realmente lo más esencial.
Entre estos se podría destacar a Melendo, un futbolista que ha demostrado ser uno de los jugadores más implicados, ofreciendo una versión participativa y desequilibrante, lo que ha hecho que pueda convertirse en la gran estrella del Granada. Su agilidad y talento lo dejó al descubierto en el encuentro ante Las Palmas.
Semanas antes de su gran momento estrella, Melendo se mostró algo más apagado, incluso su rendimiento parecía prácticamente nulo, una situación que Paco López afrontó con valentía tomando una decisión que no fue del todo fácil: llevar al centrocampista a los banquillos durante dos jornadas
Puede ser que a Melendo no le agradara del todo la decisión tomada por parte del técnico, pero es verdad que acabó sirviendo para que su cabeza descansara y pensara sobre lo que le estaba ocurriendo, y todo esto unido a la frustración que podía sentir en su nueva posición en segundo plano, algo a lo que el joven no está acostumbrado desde su llegada a Los Cármenes.
Todo el reseteo mental y físico hizo que volviera más fuerte. Ha sabido digerir el toque de atención que le han dado por su falta de compromiso y con bastante madurez ha sabido salir del hueco en el que se encontraba y dar una imagen completamente diferente. Tras los dos encuentros en el banquillo, el catalán ha sido titular en los siguientes cinco encuentros de los andaluces, volviendo a ser uno de los jugadores más destacados.
Melendo dirigió los encuentros del Granada ante el Albacete y Oviedo, consiguiendo llevarse a casa los dos triunfos. A pesar de las victorias que hicieron que el conjunto despegara, también tuvo que enfrentarse a tropiezos como con el Gijón y el Zaragoza, algo que en ningún momento hizo que su confianza disminuyera, demostrando junto a sus compañeros, que esta temporada iba a ser suya.
La predisposición mostrada dio sus frutos en la cita con Las Palmas, donde Melendo volvió a demostrar su valía sobre el terreno de juego. Su habilidad de ataque hizo que el joven llegara a la portería marcando su primer gol luciendo el escudo nazarí.