Los aficionados del Granada CF se han echado las manos a la cabeza. La entidad ha dado a conocer en la Junta de Accionistas el finiquito que tuvo que pagar tanto a Robert Moreno como a Aitor Karanka en sus despidos.
En total, fueron 2,5 y 1,2 millones, respectivamente para el catalán y el vasco. Unas cifras que han generado polémica entre la afición por el alto coste que tuvo que afrontar la estructura deportiva para deshacerse de los servicios de ambos.
El Granada CF cesó a Aitor Karanka el pasado 8 de noviembre después de encadenar una mala racha de resultados.
El Real Madrid contacta con Karanka
El técnico vasco ya sabía que estaba viviendo sus horas más complicadas como entrenador del Granada CF. La continuidad del técnico rojiblanco al frente del banquillo de Los Cármenes pendía de un hilo, pues la derrota de este domingo ante el Real Oviedo (1-0) en el Carlos Tartiere le puso en el punto de mira.
Tras nueve partidos sin conocer la victoria el Granada CF y habiendo experimentado una caída libre que lo dejó un punto por encima del descenso, a nadie cogió por sorpresa en el Nuevo Los Cármenes la destitución de Robert Moreno como técnico nazarí.
Sí llama mucho más la atención cómo acumula despidos el que fuera seleccionador nacional, sumando su tercera destitución en poco más de dos años de carrera al frente de los banquillos. Y es que Robert Moreno no ha acabado de manera natural ninguno de los tres proyectos que comenzó.
En noviembre del 2019, el técnico catalán fue destituido como seleccionador español, al volver Luis Enrique al cargo. Fue una situación tensa, pues Robert Moreno, quien hasta el momento había sido mano derecha de 'Lucho', se había hecho cargo de manera interina del combinado nacional, con motivo de un problema personal de Luis Enrique.
Robert Moreno, objetivo francés
Robert Moreno fue despedido antes de acabar la primera de las dos temporadas que tenía firmadas como entrenador nazarí. ESTADIO Deportivo pudo confirmar que la negociación fue por buen puerto, poniendo así el catalán todas las facilidades de su parte para beneficio del club, habiendo sido llevada en primera persona por Patricia Rodríguez, la CEO del Granada CF y los abogados del club. Pep Boada, director deportivo de la entidad y persona que confió en su figura, estuvo al margen.