Remontar es misión imposible

Las dinámicas en el fútbol pueden hacer que un equipo se hunda, o que parezca propio de Champions. Aunque en ningún momento, como es lógico, el equipo de Michel ha estado al nivel del año pasado, sí parecía que aspiraba a más. Durante los primeros compases de esta temporada, especialmente durante la primera vuelta, parecía que los albirrojos podían encadenar su segunda temporada en Europa, o al menos luchar por ello. En enero, con 20 partidos disputados, el conjunto catalán se posicionaba como octavo, igualado con 28 puntos con la Real, y a tan solo dos puntos del Mallorca que entonces cerraba los puestos europeos. Sin embargo, ahora, después de disputarse ocho encuentros más, con 24 puntos en juego, tan solo ha conseguido seis puntos.

Los últimos partidos no remontan

Esos puntos se corresponden a una victoria frente a Las Palmas y tres empates de manera consecutiva en los últimos encuentros, más las tres derrotas frente a Athletic, Getafe y Real Madrid. De manera que ahora, cuando se acerca la época más determinante de la competición el conjunto está más cerca del descenso que de la zona europea. De los dos puntos que lo separaban antes de la segunda vuelta, ha pasado a 10. Y de los 12 que lo mantenían alejado de la zona de caída a segunda división, ha reducido a siete. Todavía es una distancia considerable y que difícilmente será peligrosa, más por demérito de los equipos de abajo, que por méritos gerundenses. Sin embargo, sí que parece que el sueño europeo se aleja por el buen hacer de conjuntos como el Betis, que ya suman 44 puntos. Si es cierto que probablemente puedan ir hasta siete equipos españoles a Europa, pero aun así parece más que complicada la hazaña.

Y uno de los problemas que explican en parte esa caída del conjunto de Michel es la, de momento, imposibilidad de remontar un partido. En las 28 jornadas que se han disputado hasta el momento, en ningún encuentro ha sido capaz de darle la vuelta al marcador. Este dato resulta revelador cuando se observa que en los tres últimos choques, esos tres que se han saldado con empate, ha ocurrido. El Girona ha tenido que remar a contra corriente, es decir, ha encajado primero, y no ha sido capaz de llegar a la orilla, no ha logrado la remontada. En buena medida esto se puede entender por la falta de pólvora arriba, que se explica con el buen nivel de Stuani.

Puede parecer contradictorio, pero cuando tu delantero “suplente” es el máximo goleador del equipo, no es buena señal. Y más cuando has invertido dinero en traer delanteros, que sin embargo no están funcionando, como el caso de Abel Ruiz, aunque ahora esté lesionado. A esta cierta preocupación hay que sumarle los próximos duelos del conjunto catalán, como es precisamente el derbi ante el Barça después del parón. Unas semanas que para Michel serán importantes para tratar de buscar la solución a esta mala racha que trae muchos fantasmas al recuerdo.