El Girona vive su temporada más ilusionante de toda su historia. El curso pasado pelearon el título liguero durante buena parte del curso. Fueron el equipo revelación y sellaron billete para jugar la UEFA Champions League. Debutarán el miércoles 18 en el Parque de los Príncipes contra el París Saint-Germain. Su entrenador, Míchel Sánchez, ha valorado las claves del éxito del equipo catalán en una profunda reflexión y ha dejado claro cuál será su estrategia y mentalidad para la mayor competición a nivel de clubes.
La progresión de Míchel y el Girona ha sido meteórica. Ha pasado en un corto espacio periodo de tiempo de jugar en Segunda división a hacerlo en la Champions. Un progreso que el técnico vallecano no había imaginado ni en sus mejores sueños: "La verdad es que no. Cuando empezamos el proyecto era muy bonito e ilusionante de crecimiento. Hemos ido demasiado rápido. Queremos estar ahí pero ha sido más rápido de lo que todos pensaban", reconoció en una entrevista concedida al programa 'Hoy por Hoy' de la Cadena SER.
Aseguró que llegado el éxito, todos tienen más en cuenta su trabajo y método: "Es verdad que mi bagaje en Primera división hasta que llegué al Girona era un poco negativo; el Rayo me echa, el Huesca me echa. Mi sueño era poder completar una buena temporada en Primera con un club. Lo hice con el Girona el primer año. Ahí ya la gente empieza a valorar algo más lo que hacemos como staff y el año pasado en la reunión de entrenadores ya íbamos líderes por estas fechas. Estábamos en boca de todos, el club, jugadores, etc. Notas que la gente valora mucho lo que haces y los entrenadores. evidentemente, también".
Angels Barceló sorprendió a Míchel con unos halagos de un compañero de profesión como Diego Simeone, técnico del Atlético de Madrid: "Ancelotti me dio la enhorabuena. Igual el Cholo Simeone. Me gusta escuchar porque es otra manera de vivir un año tan bonito. Nunca he tenido la oportunidad de escucharlo en la radio todos estos comentarios y cosas positivas que se decían de nosotros. Lo vives de una forma totalmente distinta a cuando estás metido en el terreno de juego", reconoce.
Y siguió correspondiendo con gratitud las palabras del entrenador argentino: "Aprendí mucho de Simeone. No creo que tengamos estilos diferentes. Nuestro estilo es intentar hacer que nuestros aficionados y nuestra gente disfrute. Que llevemos una camiseta que represente a toda una ciudad y una provincia. Y creo que eso el Cholo lo hace".
Dos estilos distintos pero con un patrón común para Míchel: "Todos tenemos formas diferentes. De futbolista yo era diferente a él. Todos los entrenadores que he tenido me han enseñado cosas. Él ha tenido un bagaje más importante que yo. Ha jugado mundiales y en equipos más grandes que yo. Tendrá otros entrenadores y otras experiencias que le habrán hecho tener una visión del fútbol diferente a la mía pero sí con un componente muy mental y muy social. Él lo consigue en el Atlético de Madrid y yo lo he conseguido fuera pero que en el Girona ahora mismo me siento como en casa".
Precisó que su metodología pasa por crear buenos ambientes: "Pero mis influencias han sido siempre divertir, disfrutar y ser competitivos. A través de esto tienes que ir metiéndole pequeños detalles para que todo esto fluya".
Y es que empaparse de la cultura y el entorno del equipo es un pilar básico para triunfar: "Siempre he dicho que el futbolista tiene que sentir en el campo que está feliz. Es algo que intento conseguir como entrenador y lo intento plasmar en el día a día. Es el alma. Siempre les digo a los jugadores que no quiero jugar bien, quiero jugar con alma. Es el 'Orgull Gironí' del que hablamos siempre. Eso se transmite. La gente va al campo a tener emociones. Claro que viene a ver a su equipo ganar, pero si tú le has emocionado y le has hecho que se levante del asiento, si ves que hay una responsabilidad, que hay una sensación de intensidad para hacer las cosas bien... eso engancha muchísimo", explicó.
Preguntado por la Champions y el ritmo que tendrá que soportar sus jugadores, Míchel no ha escondido que será estresante y que lo lidiará con mucha concreción: "Me preocupa mucho ese ritmo de partidos. El otro día le dije a los jugadores en Sevilla que los partidos de Champions para mí van a a tener un punto inicial y un punto final muy rápido. Jugamos el miércoles en París. El miércoles a las 12 de la noche ese partido está olvidado. Yo por ejemplo hoy, venía mirando el partido del domingo en Sevilla. Le doy vueltas a ese encuentro dos o tres días hasta que encuentre soluciones a cosas en las que creo que hemos hecho mal. En los partidos de Champions no los voy a hacer. Y quiero que el jugador haga lo mismo", desveló.
Por último y sobre el Girona, sostiene que la meta de la entidad está definida a pesar de jugar en Europa: "El objetivo del Girona es seguir creciendo y eso pasa por estar en Primera división muchos años. Y si no conseguimos eso, todo lo que hemos hecho hasta ahora no va a valer para nada. Es imposible conectar un partido de Champions, darle vueltas, llegar a la liga y estar preparado en tres días. Nosotros no estamos preparados para eso. Tenemos que ponerle un punto y final a la Champions cada partido demasiado rápido sin analizar. Yo analizaré por mi cuenta pero el jugador tiene que pasar página muy rápido. A ver si consigo esto porque es muy importante", finalizó.