Durante todo el verano se ha avisado una y otra vez sobre las dudas existentes en relación al rendimiento del Girona FC jugando cada tres días. Pese a tener una muy buena base con Míchel Sánchez en el banquillo, y haber realizado igualmente una gran inversión en fichajes para paliar las ventas, el equipo no ha terminado de arrancar para estar en estos momentos un poco más cerca de los puestos de descenso que de los europeos. ¿Es algo que preocupa? Obvio, pero de igual modo en Montilivi tienen claro que hay que disfrutar la UEFA Champions League, la cual les enfrenta este miércoles al Feyenoord. Así define Míchel a los neerlandeses.
"El Feyenoord es un rival muy dominador del juego y que hace daño al contrario con el balón. Además, tiene un jugador diferencial en el centro del campo, Quinten Timber, y extremos difíciles de parar", explica antes de centrarse en lo que supone para el club este partido en casa.
"Es un sueño jugar Champions en Montilivi. Ellos son un equipazo y necesitaremos nuestra mejor versión para aspirar al triunfo. Estoy tranquilo pese a la racha de cinco partidos seguidos sin ganar. En los dos últimos partidos ya se ha visto una imagen muy reconocible. El equipo está mucho mejor y en una línea ascendente de juego y confianza", explica.
Cuestionado por el juego del equipo, Míchel deja claro que siempre piensa que pueden hacerlo mejor. "Soy la persona más exigente del club. Está claro que tenemos que mejorar, sobre todo en finalizar más jugadas. En todo caso hemos hecho méritos para tener más puntos. Y sí, yo he pedido a todos los jugadores que hay en la plantilla", afirma.
El técnico del equipo rojiblanco también revela que lo que más le "preocupa" en este tramo inicial de la temporada es el plano "anímico" y alerta a sus jugadores señalando que es "mucho más fácil cambiar el chip de LaLiga a la Champions" y que su trabajo pasa por "recuperar al futbolista de la Champions a LaLiga". Por "cortar rápido el momento Champions" y devolver el equipo a "la realidad de la competición doméstica", porque es la que dará al club "la posibilidad de seguir creciendo".
También añade que "no hay que motivar al jugador para la Champions" y que cuando suene el himno de la Liga de Campeones en Montilivi será "un momento histórico para toda Girona" y algo que el el club y el territorio se han ganado "el derecho a vivir y a disfrutar", subraya.
Dejando de lado el partido de este miércoles 2 de octubre, así como la situación clasificatoria del equipo, Míchel también habló de las bajas de Daley Blind y Oriol Romeu por lesión. Sobre esto, el preparador reconoce que la baja del segundo, cedido por el Barcelona, deja el centro del campo "con poca gente", pero recalcó que tiene una plantilla extensa.