Sólo un técnico tan ambicioso y valiente como él podía conseguir hacer historia en la liga española con el Girona. Y ahora que ha logrado ya, a falta de cuatro jornadas, la clasificación matemática del conjunto catalán para la próxima edición de la Champions League, Míchel Sánchez quiere más.
Lo ha dejado claro en su rueda de prensa previa al partido contra el Alavés. El preparador rojiblanco desea consolidarse en la segunda plaza para así disputar también la Supercopa de España, que dejaría una importante suma de dinero en las arcas gerundenses: “El objetivo es ser segundos y necesitamos ganar los cuatro partidos. Aunque partido a partido. Ahora mismo el equipo está por encima del Barça y el objetivo es este”.
Y para lograrlo, ha anunciado que las rotaciones serán las justas y sólo para los casos estrictamente necesarios: "Puede ser porque dentro de tres días vendrá el Villarreal. Ahora las piernas tienen mucho trabajo y necesitamos a todo el mundo. Tenemos jugadores, como David López y Yangel Herrera, que esta carga de trabajo es difícil de aguantar en este tramo de la temporada (va a jugar tres encuentros en una semana). Pero no por estar ya clasificados para la Champions rotaremos, no he pensado en esto, sino en que necesitamos estar en la mejor versión física en todos los partidos. Tenemos ahora mismo, en ocho días tres partidos y es difícil para nosotros que 11 jugadores jueguen todo”.
Por otro lado, se ha referido al conflicto que tienen que resolver ahora mismo los directivos del Girona para poder jugar el curso que viene en Montilivi los partidos de Champions League: "Yo ya lo he dicho, al 100 por 100 quiero jugar en Montilivi. He hablado con el club y también lo quiere. Pienso que jugaremos en Montilivi, el club y yo pensamos que es lo mejor. Y la afición, en la calle, lo tiene claro. El primer partido de la historia del Girona en la Champions será en Montilivi. Yo no contemplo jugar fuera de Montilivi porque hacerlo es debilitar la parcela deportiva. Este año solo hemos perdido contra el Real Madrid y quiere decir que hemos sido muy fuertes. Aquí los jugadores tienen una confianza especial y es un punto que hay que mantener”.
Y es que cabe recordar que, tal y como está ahora mismo, el equipo no podría hacer uso de su estadio en Europa por la normativa UEFA. Podría participar con un aforo inferior a los 10.000 espectadores ocupando las gradas normales del recinto, pero debería quitar las gradas supletorias que instaló hace tiempo la entidad para dar cogida a 14.000 espectadores.
Ante tal panorama, el Girona está tratando de convencer a dicho organismo para que les permita gestionar el estadio con las gradas supletorias pero, en caso de no conseguirlo, saben que tendrán que hacer una remodelación con carácter urgente y casi sin tiempo.
Así, tanto en el caso de que retiren las gradas supletorias como si hacen obras y no están acabadas para el inicio de la competición, unos 4.000 seguidores o más se quedarían sin sus asientos actuales, lo que ya está generando cierto debate entre los aficionados del conjunto gironí.
Asimismo, en caso de llevar a cabo la ampliación del estadio, el Girona necesitaría asumir la carga económica y, además, conseguir los permisos del Ayuntamiento. Y por si esto fuera poco, según avanzó TV3 el suelo bajo algunas partes del estadio está formado principalmente por arcilla, lo que complica sobremanera las obras. Es un suelo inestable por definición y construir una grada sobre él, algo técnicamente posible, dispara los tiempos y los costes.