Las dinámicas de los equipos ya sean positivas o negativas, en ocasiones se explican por actuaciones individuales, por que algunos jugadores no llegan al nivel esperado y afectan al equipo. Sin embargo, la caída del Girona se explica por comportamientos colectivos en diferentes zonas del campo. El conjunto de Michel está teniendo un hundimiento muy peligroso que le ha alejado de los objetivos europeos y lo está acercando peligrosamente a la zona de descenso. Parece algo alto improbable que el equipo descienda, pero los números están ahí. Los rojiblancos suman 7 partidos consecutivos sin conocer la victoria, más allá del partido en la Copa de Catalunya frente al Andorra, con 4 derrotas y 3 empates. Y más allá de esos partidos sin ganar, se suman 10 jornadas sin que el conjunto de Michel logre mantener su portería a cero.
En la primera vuelta el equipo encajó 25 goles en 19 partidos, que no es un mal balance teniendo en cuenta la situación de la tabla, cómoda, en la que se encontraba. A esas alturas estaban a escasos puntos de Europa y sin posibilidad de pensar en el descenso, o si quiera de acercarse a él. Aunque el ataque no ha terminado de funcionar en toda la temporada, hasta enero se estaba logrando equilibrar con una cierta solidez defensiva. Sobre todo se trataba de un equipo, como se ha planteado, más o menos equilibrado, con Blind como uno de los jugadores importantes en cuanto a liderazgo en la zaga.
Pero como suele ocurrir, con la entrada del nuevo año, el parón de Navidad, y concretamente la segunda vuelta, ese equilibrio terminó por romperse. Poco a poco las carencias en ataque empezaron a ser demasiadas, y la defensa tampoco acompañaba. En tan solo los últimos diez partidos que ha disputado, Gazzaniga ha tenido que recoger el balón hasta 20 veces de su portería. Se trata de un balance muy preocupante con dos goles recibidos por encuentro. Sobre todo, es preocupante si se tiene en cuenta que desde el partido en Mendizorroza frente al Alavés, el equipo no es capaz de no encajar ningún gol. Precisamente es el Alavés el equipo al que se enfrenta en el siguiente encuentro, esta vez en Montilivi. Se trata, a pesar de los puntos que quedan, de una final.
Podría tener un doble efecto, ya sea positivo o negativo, el resultado de este encuentro. A nivel de puntos supondría implementar distancia con uno de esos equipos que está luchando en la zona baja. El Alavés es el equipo que marca la salvación con 27 puntos e igualado a puntos con el Leganés. Y además este resultado puede afectar a la moral del equipo. En caso de conseguir la victoria sería un respiro y romper una mala racha. Pero en caso de no conseguirlo podría suponer un mayor hundimiento del equipo, que vería más cerca la zona roja, a tan solo 8 jornadas del final de la competición.
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