Firmó un temporadón en la 22/23 con el Girona FC, formando doble pivote con su paisano Oriol Romeu (literalmente, pues ambos nacieron en la pequeña localidad tarraconense de Ulldecona, con menos de 7.000 habitantes), aunque el FC Barcelona se fijó en el segundo, formado en sus escalafones inferiores, cuando tuvo que buscar el pasado verano un recambio bueno, bonito y barato para Sergio Busquets. No le ha ido bien en su vuelta a casa al más espigado de los dos mediocentros, que ha quedado retratado por sus errores en varios partidos, terminando por el de la derrota en Amberes en la última jornada de la fase de grupos de la Champions League. Entre medias, a Aleix García se le ocurrió reconocer en una entrevista que toda la vida fue hincha culé y que algún día le gustaría vestir de azulgrana. Un alarde de sinceridad que le valió la reprimenda de su entrenador, Míchel, que no quiere líos con el liderato asido con fuerza.
No habrá castigo, por supuesto, para el canterano del Villarreal CF, que ha redoblado la apuesta en esta 23/24, cuando ha alcanzado la internacionalidad absoluta jugando como referencia única en la medular de los rojiblancos, con Yangel Herrera e Iván Martín por delante, o, como recientemente, de interior junto a este último y David López guardándoles las espaldas. Cuando toca ejercer en un vistosísimo 1-3-4-3, García tiene más compañía, pero también más trabajo. Antes de su explosión definitiva y de que los gerundenses hicieran uso no ya de su ampliación unilateral hasta 2024, sino de una renovación en toda regla por tres campañas más y una cuarta condicionada, llegó a estar sobre la mesa de su próximo rival, el Real Betis, que buscaba alternativas a un Aouar que, finalmente, no ha llegado, aterrizando en su lugar Isco y, como apuesta de presente y futuro, Altimira, más Johnny Cardoso a la vuelta de la esquina.
A su llegada este miércoles al hotel de concentración del primer clasificado de LaLiga en la capital hispalense, los compañeros de 'El Chiringuito' captaron una curiosa imagen: Aleix García se fotografiaba con aficionados y atendía a algunos con la mirada en su tablet, donde seguía en directo el encuentro de la presente jornada entre 'su' FC Barcelona y la UD Almería, que terminó con un ajustado 3-2 en Montjuic, pero que, a esas alturas, marchaba con un sorprendente 1-1 en el marcador. Lejos de esconderse, el mediocampista contestaba a quien le preguntaba por el marcador del que se ha convertido ya con todas las letras en un rival directo de los suyos por el título liguero y la Champions League. Aunque seguramente sus deseos personales también influían en su elección de la retransmisión.